Las leyendas venezolanas que te dejarán sin aliento

En distintas regiones de Venezuela nos narran historias que vienen desde nuestros ancestros y que hasta hoy no han perdido vigencia. En este interesante post conocerás más acerca de las leyendas venezolanas, infantiles, la llorona, el silbón y más, entra a este post donde te contaremos todo.

Leyenda

Las leyendas son narraciones que relatan acontecimientos humanos y sobrenaturales que se traspasan de generación en generación. La transmisión de esas historias se da en forma oral y escrita dentro de un grupo de personas, pueblos, culturas, civilizaciones o dentro de los confines de una región específica.

Las leyendas, a pesar de abordar acontecimientos de caracteres sobrenaturales, milagrosos y de personajes o criaturas ficticias, son concebidas por algunas personas como hechos reales y creíbles. Esta credibilidad se pretende alcanzar otorgando a la leyenda un lugar conocido por las personas y una perspectiva remota en el tiempo.

Lo importante de recurrir a estos elementos es poder crear atmósferas creíbles y situaciones posibles que ubican a la leyenda en un lugar que resultaba familiar para las personas que iban a transmitir el relato a las generaciones próximas.

Características de una leyenda

Este tipo de narraciones o relatos tienen un conjunto de características que te referimos a continuación.

Tiempo y lugar

En las leyendas el tiempo suele ser más preciso que en cualquier tipo de narraciones. En este tipo de relatos, el tiempo se puede identificar claramente, pues ocurre en un momento específico, aunque sucede en el pasado, y siempre está relacionado con un lugar o una región específica.

Ficción

También, en las leyendas se pueden observar seres fantásticos, fantasmas, ángeles, hadas, y bestias, aunque también contienen seres que pueden denominarse protagonistas.

Objetivo

El objetivo de las leyendas es darle sentido a una sociedad o cultura, narrando y describiendo sus orígenes, así como algunos rituales.

Clasificación de las leyendas

En el caso de las leyendas religiosas, este tipo de historia siempre narra la vida de los santos, o bien de personajes justicieros.

Las leyendas pueden categorizarse de la siguiente manera.

Leyendas religiosas

Este tipo de historia narra la vida de santos, así como de personajes que se han destacado por sus acciones,  justicieros e inclusive de sucesos satánicos.

Leyendas escatológicas

Son el tipo de leyenda que narran historias que se refieres a la vida después de la muerte.

Leyendas etológicas

Las leyendas de esta categoría describen cómo fueron creados los distintos componentes de la naturaleza. Son el tipo de leyenda que se utilizan en las culturas indígenas.

También, las leyendas pueden clasificarse de acuerdo a su origen, las cuales son las siguientes.

Leyendas locales

Son las leyenda de origen cultural, autóctono, propio de una región o provincia.

Leyendas rurales

Se desarrollan en únicamente en los campos.

Leyendas urbanas

Son los relatos que se conocen actualmente  y tienen vigencia.

Leyendas venezolanas

Las leyendas venezolanas infantiles y sus mitos son un grupo de relatos de hechos sobrenaturales y fantásticos que incorporan elementos mágicos, religiosos y  milagrosos, los cuales han sido transmitidos de generación en generación, por lo que son susceptibles de cambiar en contenido y forma.

Las leyendas venezolanas han tenidos sus variaciones para poder adaptarla a diferentes oyentes, por ejemplo infantes. En el caso venezolano, se han recurrido a personajes históricos, ubicados en un contexto o zonas reales donde según ocurrieron los hechos. A diferencia del mito, que aborda el tema de las deidades, las leyendas se fundamentan en historias que les han ocurrido a personajes humanos.

Por ejemplo, en los Andes y en los Llanos son regiones venezolanas donde abundan las leyendas sobre personajes que datan de la época colonial. En otras palabras, se contextualizan en la Colonia, tiempo en que el servicio eléctrico no existía. Generalmente, las leyendas venezolanas tienen su origen en un hecho trágico, que finaliza con una condena de la gente que rodea al personaje. También puede pasar que haya una intervención milagrosa. Estas leyendas tienen siempre una enseñanza. En otras palabras, a quien escucha la leyenda lo invita a dejar ciertas conductas.

Las leyendas venezolanas han sido inspiración para poemas, canciones, películas, cortometrajes, obras teatrales. Destacan Cantaclaro, Florentino y el Diablo, Maria Lionza. A continuación te ofrecemos algunas de las leyendas venezolanas que han transcurrido en los tiempos.

La Sayona

No caben dudas que esta es una de las leyendas venezolanas más populares. Por no decir la más notoria. Inicia esta historia con Melisa. Una mujer muy hermosa. Estaba casada con un hombre bueno, incapaz de hacerle daño a Melisa. Los dos tuvieron un bebé. Al llegar a los nueve meses, Melisa se dirige al río a bañarse.

Como acostumbraba a bañarse en el río, fue vista por un hombre perverso y malintencionado que la espiaba frecuentemente. Un buen día Melisa pudo darse cuenta de que estaba siendo espiada, y le preguntó al hombre por qué lo hacía. Éste para evadir la respuesta, le mintió diciéndole que quería advertirle que su esposo le estaba siendo infiel con su propia madre. Melisa sin averiguar la verdad le creyó y salió corriendo a su casa. Muerta de los celos, incendió la casa con su marido y el bebé dentro.

Una furia no cesaba. Entonces se dirigió a casa de su madre y le reclamó la infidelidad; su madre negaba esa aberrante historia. Ella la agredió y la atacó hasta que logró asesinarla y antes de morir la otra mujer exclamó: “Jamás te mentí y tú cometiste el peor pecado, por lo que yo te condeno, sayona”. La palabra Sayona se atribuye a un atuendo, vestido o batola (saya) blanca que usa esta pobre mujer. Las historias relatan que suele aparecerse a hombres infieles, mujeriegos, en forma de mujer seductora, o bien un animal común.

Al seducirlos, suele pedirles un cigarrillo, luego se transforma en una horrenda imagen con dientes afilados, y sus víctimas generalmente mueren espantadas u horrorizadas. En rara ocasión huyen despavoridas, por lo que han podido narrar sus horribles experiencias.

El Silbón

Entre las leyendas venezolanas está el silbón, es una más conocidas de la cultura, y se contextualiza los llanos. Se produce con la historia de un joven muy malcriado y toñeco, que le insistía a su padre saliera a cazar un venado, pues él quería comer sus vísceras. Un buen día, su padre decide salir de cacería para complacer a su hijo. El malcriado, al ver que su padre tardaba demasiado, salió en su búsqueda. Al encontrarlo, y percatarse que todavía no había cazado nada, decidió matarlo y lo destripó, llevándose sus vísceras a la casa.

Cuando llegó a su hogar, le entrega las tripas a su madre y ésta las puso a cocinar. Al pasar las horas y darse cuenta que no se ablandaban, comenzó a sospechar de que algo habría pasado. Cuando interrogaron a su hijo, éste confesó el asesinato que cometió contra su padre. La madre lo maldijo, su hermano, sin dudarlo, lo mandó a azotar y le arrojó picante en las heridas. Se dice que recordar y narrar su sufrimiento libra al oyente de su aparición. Este espíritu anda errante por los Llanos.

Se aparece en las noches oscuras de mayo. Les aparece a aquellos caminantes que van de fiesta en fiesta en el llano con ropas rasgadas y silbando unas notas musicales. Al aparecerse, agrede a sus víctimas y las aterra, a veces hasta la muerte. Una de las otras versiones de esta leyenda es la de Juan Hilario, la cual puede contarse como una leyenda más del folclore. Esta leyenda ha sido tema de numerosas creaciones musicales muy difundidas en el país.

Juan Hilario

“No vayas para la fiesta te dijeron, Juan Hilario”. Esta leyenda venezolana inicia con esta frase. La popular copla que narra la leyenda de Juan Hilario trata de este individuo que siempre le gustaba ir a fiestas llaneras, en las noches del mes de mayo para cortejar mujeres y beber hasta amanecer, es una de las grandes leyendas venezolanas.

Juan Hilario iba de camino al pueblo más cercano, una noche oscura, cuando se tropezó con un amigo quien le indicó del riesgo que ofrecía la noche, debido a los relámpagos y lluvia; también le recordó la posible aparición del Silbón. Pero Juan Hilario se burló de su amigo y se dispuso a ir a sus parrandas. Por el camino comenzó a escuchar el famoso silbido: “Compadre, váyase para su casa, que yo me voy para la fiesta, a mí no me va a meter miedo”.

Y de pronto comenzó a ser golpeado, recibía empujones. Para poder defenderse, golpeó fuertemente al aire, y ya exhausto se derrumbó al piso e inconsciente; cuando sus amigos escucharon los gritos fueron y lo socorrieron. Fue así como Juan Hilario describió al individuo fantasmal que lo había atacado, y cuando su amigo le advirtió, quedando en la leyenda la frase: “Te lo dije Juan Hilario, esos no son juegos…”

María Lionza

Narra la leyenda que Yara, la hija de un Cacique importante, nació con unos bellos ojos verdes agua. El Chamán de la tribu profetizó que Yara, la hija del Cacique, debía ser sacrificada a la gran anaconda, dios del agua, si no traería la perdición al pueblo. Su padre no pudo sacrificar a su hija. Siendo incapaz de hacerlo, la escondió en una cueva que puso bajo custodiada por guardianes, de la cual Yara no podía salir; y mucho menos mirarse reflejada en el agua.

Un día, llegó una misteriosa fuerza que adormeció a los guardianes y la niña sin pensarlo salió. Se acercó al lago y logró ver su reflejo quedando encantada. El dios del agua, Anaconda, salió y se enamoró de la bella doncella, tomándola para sí. Su padre, el Cacique, hizo todo lo posible por separarlos, pero la anaconda se enojó y causó una gran inundación que acabó con la tribu. Desde entonces se convirtió en la protectora de las aguas, la naturaleza y el amor.

La Loca Luz Caraballo

Entre una de las leyendas venezolanas se dice que había una mujer, en la época de la Guerra de la Independencia de Venezuela, perdió a sus dos hijos, quienes “se fueron detrás del hombre a caballo” en clara alusión a Simón Bolívar.

Quedó inmortalizada en la literatura por el poeta Andrés Eloy Blanco. Enloquecida por la pérdida de sus hijos a quienes no vio jamás. Su alma quedó en pena, vagando por los páramos, en busca de sus hijos perdidos.

Doctor Knoche

Este personaje lleva por nombre Gottfried August Knoche, de origen alemán, quien se dedicó a investigar la manera de preservar los cadáveres de la descomposición. Vivió en el actual estado La Guaira en 1840. Allí compró una hacienda en el sector de  Galipán, que queda en el cerro el Ávila, donde construyó una hacienda llamada Buena Vista.

En esta hacienda continuó realizando sus experimentos de para momificar cuerpos, realizándolo en sus familiares fallecidos, soldados muertos no reclamados de la guerra federal, animales entre otros. Su fama se extendió por la zona y por todo el país, tanto que personalidades importantes para el momento acudieron a él para solicitarle que a la hora de su muerte les practicasen el proceso a la hora de su muerte.

Así, a hacienda se convirtió en un mausoleo. Estaba lleno de momias en perfecta conservación y condiciones. La fórmula del Dr. Knoche no requería que a los cuerpos se les retiraran las vísceras, sólo con una inyección de una fórmula secreta. Antes de morir, dispuso una dosis para él y otra para su enfermera. Después de esto la hacienda fue abandonada y saqueada y actualmente solo muñecos de plástico sustituyen a las famosas momias que ayudó al Dr. Knoche a pertenecer al salón de las leyendas venezolanas.

La llorona

Cuenta la leyenda venezolana la llorona que se trata de una mujer joven que solía gritar desesperada: “Mi hijo, mi hijo”. Dicen los pobladores del llano venezolano que ataca a todo aquel que se encuentra con ella.

De esta leyenda existen dos versiones acerca de su origen. La primera versión relata que fue una bella joven, que tuvo amores con un soldado, quien la abandonó, luego de saber que estaba embarazada. Desesperada por los llantos de su bebé, sin saber qué hacer, decidió matarlo con sus propias manos. Una vez que hizo este abominable hecho comenzó a gritar fuertemente, llamando la atención de familiares y vecinos.

Todos ellos corrieron hacia donde estaba la joven, al ver el horror, la maldijeron y ella cobardemente y avergonzada salió corriendo perdiéndose en el llano, convirtiéndose en espanto, robando niños solos, sobre todo en época de Semana Santa. La segunda versión narra que se trataba de una joven mujer, quien mataba a sus hijos cada vez que nacían.

Una vez esta mujer logró confesarle al cura del pueblo sus pecados y el sacerdote le dijo que, la próxima vez que pariera, antes de matar a su bebé, le diera de mamar. Pero entonces, cuando amamantó a la criatura, ella e llenó de un profundo arrepentimiento y desde entonces vaga por el llano buscando desesperada a sus hijos.

La mujer mula

En esta triste leyenda cuenta que, alrededor del año 1815, una anciana acudió a un restaurante caraqueño, donde trabajaba su hija. La hija se negó a darle comida y la echó del lugar. La señora encontró en el camino a un individuo, quien le obsequió una moneda con la cruz de San Andrés en el sello. El hombre le dijo que volviera al restaurante, pagará con la moneda y dijera “Quédate con el vuelto para que compres malojo”.

La señora se dispuso a volver e hizo tal cual el  hombre le había dicho. Al apenas decir la frase, la hija se convirtió en una terrible criatura. De la cintura para arriba era una mula. Delante de todos los comensales empezó a dar coces y huyó del lugar. Desde ese momento, la mujer aparece rezando en la iglesia de Las Mercedes, cubriéndose con un manto blanco.

La loca de Ejido

Para el año 1812, cuenta la leyenda que en la Guerra de la Independencia de Venezuela, vivía en Mérida, específicamente en el pueblo Villa de Ejido, una bella joven llamada Marta quien estaba muy enamorada de un joven llamado Lorenzo.

Este muchacho heredó haciendas, ganado y otros bienes. El joven tenía que ir a Mérida, pero que lo acompañaran Marta y su madre, pero Marta no podía ir porque su madre estaba muy enferma. Le insistió al joven Lorenzo que no fuera a la ciudad, ya que deseaba su compañía y no quería estar sola. El joven inquirió que debía atender sus negocios.

Lamentablemente el 26 de marzo ocurrió el gran terremoto en Venezuela y en Mérida se cayeron unas construcciones. Cuando Marta supo de la noticia, decidió partir a Mérida en busca de su amado Lorenzo. Al llegar a Mérida encontró a la madre con la mirada perdida, desconsolada y aturdida junto a unos escombros. El cuerpo de su hijo yacía debajo de aquella montaña de bloques. Su reacción fue quedar petrificada ante el hecho de perder a su amado hijo. Desde ese entonces en cada Semana Santa se le ve vagando por las calles de Mérida seguida por un grupo de niños.

El encadenado de Michelena

Cuenta la leyenda que el joven enamoradizo y mujeriego José tenía su novia llamada María Eugenia a quien le era infiel con otras mozas del pueblo. El padre de María Eugenia se enteró de las infidelidades e indiscreciones de José a través de los chismes del lugar. Harto de esta situación persiguió al joven y lo mató a garrotazos.

Poco después del lamentable suceso, se deshizo del cuerpo sin enterrarlo. Pasado un tiempo, de noche, transitó por el lugar donde mató al joven topándose con un espectro que le dijo que debía de pagar por su delito. Aterrado, huye a su casa, resbaló y cayó al suelo. Desquiciado por su delito muere al poco tiempo. Los días cercanos a la conmemoración de la muerte de José, sigue apareciendo el espectro arrastrando cadenas y vistiendo túnicas por las calles de Michelena.

Juan Machete

Juan Francisco Ortiz, o “Juan Machete” como lo conocían sus allegados, ya que siempre en sus manos colgaba un machete. Era un hacendado y buscando más riquezas tomo la decisión de realizar un pacto con el diablo.

Luego de ese pacto sus tierras y sus ganados se pusieron más fértiles, por lo que “Juan Machete” estaba más contento que antes y estaba seguro de que su petición había sido escuchado. Una tarde en los terrenos de su hacienda, apareció un ternero negro de gran tamaño y cascos blancos, Ortiz especuló que el ganado pertenecía a alguno de sus vecinos.

Con el transcurso de los días y luego de la aparición de este ternero y la gran fortuna que había amasado, sus tierras empezaron a secarse y su ganado a desaparecer, cuentan las leyendas venezolanas que Juan Machete desapareció sin dejar pista alguna de su paradero. Se dice que si las personas quieren hacer un pacto para negociar un gran fortuna, solo debes pararte desnudo y en el lugar preciso para que Juan Machete aparezca. Sin embargo, muchas personas lo han hecho y al ver el ánima vomitando fuego, corren aterrorizados del lugar para más nunca volver.

El Pozo del Cura

En la Guaira, cerca de Caruao, se encuentra un pozo que se forma por el rio de Aguas Calientes, el cual recibe el nombre de un perverso sacerdote que vivía en un convento entre Orituco y la Sabana. El cura se encontraba con personas en su mayoría mujeres de la localidad para crear grandes fiestas en las cercanías del pozo, el religioso no le prestaba atención a sus hábitos o los escándalos que surgían en los pueblos aledaños al pozo.

Los católicos de la zona vivían vociferando su negativa al tener a un sacerdote que viviera en pecado, sin embargo ninguno hablaba con el cura ya que se conocía por su conducta violenta y poco tolerante. Un día mientras el cura gozaba de un baño dentro del pozo con sus amigos de fiestas, fue atrapado por las aguas sin dar tiempo a rescatarlo, su cuerpo nunca fue encontrado.

Desde ese día los vecinos de la zona afirman que su fantasma aparece en el pozo, agitando sus extremidades pidiendo ayuda, sin embargo el agua lo vuelve a tragar de manera automática, a los turistas les advierten no bañarse en este pozo ya que no vaya hacer por venganza el cura los ahogue con él.

El carretón del diablo

En las calles caraqueñas y en otras zonas venezolanas, se dice escuchar el ruidoso pisar de los caballos juntos a las ruedas de la carreta manejada por el diablo, se aparece en las calles sin luz asustando de muerte a los trasnochadores o si sobreviven a la aparición terminan locos. La leyenda es tan antigua que en la época colonial cuando estaba la peste negra por las calles de Venezuela, se escuchaba del carretón del diablo, ya que paseaba recogiendo los cuerpos que quedaban abandonados en las calles.

Luego de pasar la pandemia, el carretón empezó a buscar víctimas que se encontraban a deshoras en calles oscuras por eso se ordenó alumbrar cada calle y esquina para evitar escuchar la llegada de la carreta, las personas antes de las nueve de la noche se encontraban entrando a sus aposentos y no ser víctimas de la aparición.

Si llegan a sobrevivir al carretón terminan locos y ciegos ya que las personas ven el relámpago que se forma al momento que las piedras y la rueda pegaban y al fondo se escuchaba la risa cruel y fría del enemigo acercándose de manera fuerte, al ver al inocente le decía “hoy no” y se retiraba.

La Bola de Fuego

Se tienen dos teorías de donde nace la bola de fuego una es que surgió del alma de un pontífice que vivía en pecado, la otra suposición es que son dos madres que se injuriaron mutuamente. En cualquiera de las teorías, los creyentes afirman que la manera de apagar o alejar la bola de fuego es insultarla y no rezarla ya que si se hace está se acercara para quemar.

Los religiosos la describen como una bola de fuego que se mueve dando vueltas, pero al detallarla veras a un esqueleto dentro de ella, buscando víctimas que tienen malos pensamientos u odio en el alma.

La novia de la Guaira

María José Cárdenas, una mujer joven que vivía en La Guaira tomó un taxi que la llevaría a Caracas ya que ese día en los años 50, se casaría con su apuesto novio. El destino tendría otro plan, ya que al montarse en el transporte que la llevaría a su boda, este se descompuso, María alterada y con ganas de llegar a tiempo a la iglesia, se bajó del taxi y decidió pedir a algún transeúnte que la ayudara.

Un hombre se detuvo y le dijo que la llevaría hasta Caracas, sin embargo María José no noto que estaba ebrio, y a los pocos metros de donde estaba tuvieron un accidente muriendo en el acto los dos. Los conductores cuentan que desde ese fatídico día, en las noches aparece en la carretera pidiendo que la lleven a Caracas, si aceptas al pasar por el lugar de su accidente dirá con voz melancólica “aquí me mate yo” desapareciendo al instante.

Las personas si van en estado de embriaguez pierden el control al ver al espectro desaparecer sufriendo accidentes, en cambio a los conductores sobrios les deja unas flores blancas donde iba sentada ella. Sin embargo, si los conductores se pararon para escuchar la solicitud de llevarla a Caracas y se rehúsan la novia de la Guaira se aparecerá más adelante preguntando con voz de rencor “¿Por qué no me llevas?”.

El enano de la catedral

En Caracas, en la época colonial los abuelos tenían un dicho que desde pequeños sus nietos escuchaban “No des fuego al cigarro del enano”. Cuentan las leyendas venezolanas que este refrán nació luego de que una noche un hombre que iba caminando a casa de su enamorada desapareció. Testigos alegan que el hombre para calmar el frío y los nervios de su soledad, tomaba ron; luego de un tiempo el hombre sintió que lo perseguían al darse vuelta se rió al darse cuenta que solo se trataba de un perro callejero.

Al llegar a la catedral de la ciudad, vio en las escaleras a un enano muy pequeño sentado, esté lo saludo con un movimiento de cabeza y le pidió el favor de encender un cigarrillo para ayudarlo a pasar el frío de la noche. El hombre accedió y al momento de prender el fósforo recordó la advertencia que escuchaba desde niño, en ese instante el enano mostró sus colmillos en una sonrisa malvada que no llegaba a sus ojos, y empezó a crecer de manera rápida hasta alcanzar y pasar la altura de la catedral, dicen que rozaba la luna, y con una voz profunda y llena malvada le dijo “Gracias por el fuego, buen hombre ¿Quieres ir a un sitio donde hay fuego de verdad”.

El horcón

Es una de las leyendas venezolanas que se escucha en los llanos, donde el amor y los celos se unen en una tormenta perfectamente trágica, todo comienza cuando un joven consigue un trabajo en una hacienda y se enamora perdidamente de la hija del capataz. Luego de cortejarla por varios meses la joven  acepta su propuesta de matrimonio, al poco tiempo de casados fueron bendecidos con un hermoso hijo varón.

Sin embargo el hombre desconfiaba de su esposa y de su fidelidad, por lo que un día se despidió de su mujer a la misma hora de siempre, haciéndola creer que se iba a trabajar. El hombre escondido en los alrededores de su casa, vio con su corazón destrozado como sus sospechas eran ciertas, lleno de ira entra a su cuarto y asesina de manera cruel y violenta a su mujer, al amante y a su primogénito, para luego enterrarlos cerca del árbol donde más tarde esa noche se ahorcaría, se dice que el árbol se secó y sus alrededores quedaron completamente infértiles, ni la maleza crece en el árbol del horcón.

Se dice que el fantasma de este hombre se le aparece a las mujeres infieles y las caza hasta la locura o lograr el suicidio de sus víctimas, la manera de alejar al espectro es arrepentirse de corazón y volver con su pareja.

El Hachador Perdido

Una de las leyendas venezolanas que más se escucha en las llanuras de Barinas, un hombre que era hachador decidió el viernes de cuaresma salir a buscar la madera que sería usada para construir su ataúd, ya que la soledad en la que vivía lo tenía al borde de la locura. Al ver está rebeldía Dios le envío la muerte en el instante que levantó su hacha para realizar el primer corte, en ese momento el hombre se convirtió en un alma en pena para toda la eternidad.

Descrito por los llaneros como un hombre calvo, ojos muy brillantes, el pecho cubierto de lana y sus manos chatas como una rana llenas de ampollas al rojo vivo, ropas completamente desgarradas, descalzo en general lleva el hacha en alta para atacar a todas las personas que cazan solo por riquezas. Para espantarlo deben maldecir a gritos para que se espante, ya que como en otras leyendas los rezos y bendiciones solo hacen que se enfurezcan y se acerquen de manera letal a sus víctimas.

La Dientona

En las noches de los llanos venezolanos aparece una mujer hermosa que con su melodiosa voz encanta a todos los hombres que deambulan por los caminos desolados, al acercarse quedan encantados con la cara y el cuerpo de la aparición, ella con voz seductora y al oído de sus víctimas les pide que la acompañen a su casa.

Los hombres encantados por esta mujer la van acompañando a sus aposentos, al darse cuenta que están dentro del cementerio más cercano, al llegar La Dientona muestra su verdadero rostro y muestra los afilados dientes que tendrán como destino los cuellos de todas sus víctimas, estos al verla huyen en dirección contrario, algunos dicen que deben pedir perdón y no mirar atrás; volviendo a la Dientona como una de las leyendas venezolanas más tenebrosas que hay en esta cultura.

El dueño de la luz

En algunas de las leyendas venezolanas se explica el inicio de las cosas entre esos el comienzo de la tierra, cuando no existía ni el día ni la noche, las personas vivían en una oscuridad eterna y absoluta, la única luz que se tenía era la que salía de las llamas de las hogueras. Un día el gran indio Warao en compañía de sus dos hermosas hijas, decidieron salir en la búsqueda del dueño de la luz.

Warao a mitad de camino hizo que su hija mayor viajara al norte y le ordenó que no parara hasta encontrara el dueño de la luz y le dijo que se la trajera en sus manos, la joven al escuchar la solicitud de su padre tomó un Mapire y emprendió su viaje, al llegar a una cruzada de caminos escogió uno que la llevó directo a la casa del venado.

En esta casa, la hija mayor del indio Warao consiguió al señor de la luz, se emocionó de una manera tal que paso horas jugando con él, al darse cuenta de la hora salió corriendo al encuentro con su padre y le explicó lo sucedido, el indio vio a su hija menor y con suplica en su voz, le pidió que siguiera el sendero que su hermana había conseguido y que trajera la luz con ella.

La hija menor toco la puerta de la casa del venado y al abrirse las puertas, el dueño de la luz le sonrío y le preguntó qué hacía tan lejos de su casa, la joven con una voz pavorosa le respondió que quería conocerlo y ver de cerca la luz, el dueño de la luz confesó que la estaba esperando para vivir con ella ya que ella era el gran amor de él.

El Sol y La Luna

La joven al escuchar la confesión sonrió y se quedó con el dueño de la luz, por mucho tiempo jugaban con la luz, un día la hija menor del gran indio recordó a su padre y a su hermana, entre lágrimas le dijo al dueño de la luz que se iría con su familia ya que los extrañaba demasiado, esté al escuchar a su amada decidió regalarle la luz en una caja para que lo recordara todos los días.

Al regresar la familia Warao decidieron romper la caja y regalar la luz a los cielos, creando el sol para que todas las personas y criatura de la tierra se beneficiaran del regalo del señor de la luz, las alturas se alumbraron de manera instantáneas y la caja al darse cuenta que ya no estaría llena de luz, ascendió y vio de lejos a su fiel compañía y decidió acompañarla toda la eternidad, esta se convirtió en la luna y se crearon los días y las noches.

Sin embargo, los días y noches pasaban de manera rápida por lo que Warao le pidió a su hija menor que se consiguiera un morrocoy, al tenerlo en sus manos el padre lo lanzó al sol para que caminara más lento.

Leyenda de Candileja

Entre las leyendas venezolanas de los llanos existió Candelaria una mujer extremadamente bella, silueta perfecta, cabellos tan largos que llegaban a sus caderas, piel morena y ojos azulados. La mujer era codiciada por muchos llaneros de la zona, pero su corazón se puso en las manos de un hombre llamado Esteban, el cual era conocido por ser una persona que no se perdía una fiesta y apostaba.

Un día Esteban le dice a Candelaria que debía realizar un viaje solo a un lugar lejos, ella entre lágrimas le rogó en varias oportunidades a su esposo que la llevara, en cada ocasión su marido se negó de manera rotunda, la mujer indignada decidió no dejarlo ir. Candelaria preparo la cena como todas las noches y en el té de su marido, arrojó una poción que lo pondría a dormir todas las noches hasta su muerte; al caer en el sueño, la mujer les pidió a sus dos hijos que la ayudaran a enterrar el cuerpo de Esteban.

Con el paso de los años, Candelaria se obsesionó con sus dos hijos y los apartaba de  cualquier contacto con mujeres ya que les decía que si se llegaban a enamorarse ella quedaría completamente sola, sus hijos accedieron a las peticiones de su madre.

El Castigo de Candelaria

Al morir Candelaria, Dios la envió nuevamente a la tierra en forma de bola de fuego , o como la conocen en los llano “bolefuego” , cuya misión es la de espantar a los hombres mal portados que estén fuera de sus casas a altas horas de la noche. La única manera de alejarla es decir maldiciones ya que si se reza solo conseguirás que las llamas se aviven.

La leyenda del Ánima Sola

En Latinoamérica los creyentes son conocidos por pedir favores o milagros a sus santos para que los ayuden en enfermedades o situaciones, y a cambio prometen el pago con rezos, dinero, caminatas o cualquier cosa.

Sin embargo tienen que tener cuidado de cumplir con el pago las promesas ya que al no hacerlo en ese instante la Ánima Sola aparece y toma el alma del que pidió el favor, la manera para que se marche es cumplir con lo prometido, al momento de hacerlo se retira y más nunca vuelve, al menos que se olvide cumplir con el pago de otra promesa.

El perro de la Pastora

Esta leyenda comienza cuando el dueño de un can salió a trabajar, el perro al verse solo salió en busca de su dueño. En un cruce de la Pastora el animal fue atropellado muriendo al instante, se dice que el perro se monta en los transportes públicos de la zona buscando a su dueño. Es un espíritu dulce que no daña a nadie ya las personas de la zona están completamente acostumbradas a su presencia.

Luego de haber hecho un recorrido por las leyendas venezolanas te invitamos a que leas el siguiente articulo Las leyendas de Guatemala más conocidas y terroríficas.

Así mismo te dejamos el siguiente vídeo