Las dagas y la mitología griega

El instinto de supervivencia es una parte de la naturaleza humana que se activa técnicamente al instante del llanto al nacer. Ahora, cómo se defienda, por qué, métodos y resultados, es lo que diferencia a los humanos y/o sociedades. Este asidero fortalece aún más nuestro artículo sobre las dagas y la mitología griega ya que ellas fueron parte fundamental en la autodefensa y sustento de esta sociedad de avanzada en su tiempo.

Sobre las dagas

Se estima que las mismas surgieron en la Edad del Bronce, hace más de 4000 años, fabricándose con materiales como huesos, marfil y sílex.

Con el tiempo, se fueron perfeccionando y diversificando según la época, sociedad, poder económico, militar y estratégico, además de su cultura.

Existiendo diferencias de estilo, las dagas siempre han sido armas blancas cortas, más largas que un puñal y más cortas que una espada, con doble filo y su guarda para proteger el puño.

Evidentemente prevalecían las espadas, incluso entre las dagas y la mitología griega, por su alcance y lo imponentes que son éstas; pero las dagas ayudaban en el combate cuerpo a cuerpo, fuera para sorprender al enemigo o en la defensa personal concertada; útiles por demás en las acciones sigilosas e incluso, en la huida, ya que son más fáciles de manipular al correr o esconderse.

Las dagas y la mitología griega

El uso en la antigua Grecia se enfocaba en la caza, el combate y/o el asesinato (en pro del imperio o contra ladrones u otros quebrantadores de la ley)

Sí nos enfocamos en la mitología griega la lucha de los humanos o semidioses era a espada, pero las dagas griegas eran sus elementos de honor y poderes míticos para acabar con sus enemigos.

Está claro que el mito más grande es el de Perseo quien decapitó a la Medusa para detener su imperio de petrificación de humanos, semidioses y dioses. Aunque él atravesó su cuerpo con la espada, dejándole mal herida contra el suelo, el héroe le dio la puntilla mortal con una daga forjada por Hefestos para luego cortarle la cabeza con la hoz que le entregase Zeus.

Otra aparición que compete a las dagas y la mitología griega, es la de Medea, la hechicera que mató a sus propios hijos con una daga para vengarse de su esposo Jasón (líder de los Argonautas), porque éste la había abandonado por otra mujer.

Sin existir siquiera un asidero de mito, pero que puede asociarse al tema que tratamos, se menciona una daga griega en el juego Mitos y Leyendas, como un arma vasallo de la edición Helénica.

Aunque en contraste, tiene algo de lógica con el uso de “asesinas silenciosas” que se le confiere a las dagas y la mitología griega, porque este tipo de armas era la más común para el tiranicidio, es decir, el asesinato del tirano, mote que recibían los gobernantes de las ciudades griegas por sus adversarios políticos.

Era un sello o marca que les signaba, que no era siquiera una muerte honorable, sino una identificación tácita entre propios y extraños para justificar la acción por parte de quienes la encomendaban, como de quienes la ejecutaban.

Las dagas y la mitología griega mostraba también la “humanización” de éstos seres. En el caso de Hefestos, que era el herrero de los dioses y mortales, fue él mismo quien forjó la espada y la daga que usó Ares en todas sus travesías bélicas y con la cual intimidó al dios herrero cuando la esposa de éste, la diosa Afrodita le fue infiel y se fue con él, dándole dos hijos (Eros y Harmonía).

Una de las dagas y la mitología griega más afamadas, era la de la diosa Atenea, ya que además de aupar a la sabiduría, era una acérrima combatiente que lideró a grandes grupos en la batalla de los griegos contra los troyanos, además de apoyar las batalles de Jasón, Perseo, Heracles, Odiseo y Teseo.

Y, aunque es uno de los mitos que más ha sido cambiado y hasta silenciado dado al carácter de los involucrados (tan influyentes en las tramas de la literatura de los tres últimos siglos y el siglo del cine), Heracles tuvo, entre los llamados “doce trabajos imposibles” el deber de obtener el cinturón de Hipólita, regalado por Ares; la reina de las Amazonas fue manipulada por la diosa Hera y evitó dárselo, entrando en batalla con Heracles y siendo muerta por él con una de las dagas y la mitología griega que la propia reina amazona tenía a disposición.