Origen, historia y significado del Árbol de la Vida celta

El Árbol de la Vida Celta representa un simbolismo que varía según los cambios que ha sufrido con el tiempo en todo el mundo. No obstante todo parece girar en torno a la armonía de la naturaleza. Y es precisamente esta característica la que lo convierte en una suerte de leyenda muy investigada por muchas personas. Si tú eres una de ellas, aquí obtendrás lo que buscas.

Significado espiritual del Árbol de la Vida celta

Iniciamos viendo este significado del Árbol de la Vida celta.

Extrañamente este emblema simboliza un lazo con el mundo de los espíritus. No en balde disponía de unas ramas tan elevadas, que podía acariciar el cielo. En estas ramas se constituían unas uniones que iban conectándolas con las raíces.

Pero además sus ramas y raíces, en conjunto simbolizan la continuidad de la vida mediante la reencarnación. Por lo cual hay que tener presente, que para los celtas, el Árbol de la Vida constituía la columna vertebral del mundo. Esto se debía a que a través de dicha figura podían contactarse con los tres niveles del cosmos:

1. Subterráneo: con el que conectaban por intermedio de sus raíces.
2. Superficie de la tierra: que estaba sujeto por su tallo.
3. El cielo: con el que se conectaban por medio de elevadas ramas y su propia copa.

Una relación estrecha

Según la mitología celta, hace muchos, pero muchos siglos, en el mismísimo principio de los tiempos, el Árbol había establecido una relación muy íntima con las personas.

De tal manera que los celtas transferían sus conocimientos en medio del boscaje. Así compartían numerosos secretos; entre estos sus muy reconocidas pociones. Eran infusiones que preparaban con las hojas y savia de los árboles y arbustos.

Pero igualmente bajo la protección de las plantas, practicaban sus rituales más emblemáticos. De tal forma que se puede afirmar que para los celtas, las plantas representaban la propiedad de la vida.

Y es que esta civilización pensaba que cada hombre y mujer tenían en su interior una planta como la del bosque. Pero que además ésta les permitiría crecer tanto en sabiduría como en conocimientos. Pero por otro lado tal emblema formaba un lazo con el mundo de los espectros. Como hemos apuntado al principio, sus elevados brazos podían acariciar el cielo, mientras que con sus raíces se introducían en el mundo de los muertos.

Pero para tener una mejor idea sobre el significado de este símbolo de los celtas, hay que precisar que lo veneraban tanto que incluso durante las guerras,  no podían ser destruidos. Algo así era considerado una terrible ofensa.

Su origen y definición

Ahora abordaremos parte de la historia del Árbol de la Vida celta. 

Como ya se ha dicho, la noción del Árbol de la Vida fija sus orígenes en la antigüedad. No obstante este tipo de emblema, personificado como una planta con sus raíces, además de un tronco principal y ramajes arqueados, también se puede hallar en otras civilizaciones. Estos paralelismos se dan en lugares tan diferentes a Europa, como en Latinoamérica, Egipto e India.

Pero además la simbología de este Árbol subyace en varias creencias. Al extremo que cada región, incluso cada religión, pueden disponer de un significado muy diferenciado del Árbol de la Vida. No obstante les une el valor sacramental y de divinidad que confieren a dicho emblema.

Ahora veamos algunas de esas versiones del Árbol de la Vida celta:

Egipto

Los hijos de los reyes del desierto, al formar su cultura en un clima en extremo seco, no contaban como muchos árboles. Tal vez esa carencia les impulsó a adorarlos. Pero contrario a los celtas, los egipcios veneraban a un árbol en particular: el sicomoro.

Aunque igualmente para los egipcios, el sicomoro representaba un lazo entre lo terreno y lo espiritual. Creían que en el cielo se hallaba un gigantesco sicomoro, y que bajo su sombra reposaban los dioses. Recordemos que la deidad Hathor era conocida como la diosa del sicomoro. Junto al Árbol, la deidad hacía de puente entre los mundos de los vivos y de los difuntos.

De tal manera que este emblema de los habitantes del desierto, era simbolizado como un colosal sicomoro. Éste tenía unos largos brazos repletos de regalos. Pero además vertía en un depósito el agua de la vida, al tiempo que recibía en su seno a los recién fallecidos. A estos les suministraba alimento y bebida, con lo que les garantizaba la vida luego de haber muerto.

Armenia

Pero veamos cuál era la versión de los armenios del Árbol de la Vida celta.

Al pintarlos, los armenios solían emplear el tronco como una barrera que demarcaba el emblema, que a la vez suponía una forma simétrica. Así, de ambos lados salían sus ramas. El mismo era invariablemente vigilado, bien por guerreros o bien por fieras, dispuestas a cada costado. En este punto es importante destacar una gran diferencia entre este símbolo y el de los celtas. Y es que en este caso, más que una connotación religiosa, los armenios le conferían un simbolismo más amplio. Así se entiende que el Árbol de la Vida celta en esta otra civilización, representa al pueblo de Armenia.

Ahora es seguro que te estés preguntando cómo se llega a tal deducción. Pues porque ellos pintaban este emblema en las paredes de sus murallas, así como en sus corazas guerreras y otros implementos de defensa. Generalmente eran representados con guardianes a cada costado, custodiando el Árbol, tal como suele protegerse al pueblo.

Así se interpreta que para los armenios el Árbol de la Vida no se trataba de un puente con otro mundo, sino algo mucho más valioso que debían defender. Era, pues, su familia y su pueblo.

El bahaísmo y su Árbol

Pero este Árbol de la Vida celta también echó raíces en Oriente. Allí, en la historia de tan mística región, ubicamos a los bahaíes o la fe bahaí. Y con ello regresamos a la figura del árbol como simbolismo celestial.

Pero resulta que en la cultura Bahaí el Árbol de la Vida está integrado por hombres, en vez de ramas. Mientras que las hojas son representadas por mujeres. Para los bahaíes este emblema simboliza un reino espiritual. Pero un reino donde no existe la dualidad bien/mal que se observa en el mundo terreno.

China

Siguiendo por los caminos de la lejana y mítico continente, nos topamos con la inmensidad de China, tan inmensa en territorio como en su historia.

Los chinos también tienen su propia interpretación del Árbol de la Vida celta. En su cultura suele representarse como una planta de melocotón. Y generalmente se dibuja escoltado por un dragón y un ave ígnea.

Recordemos que en esta milenaria cultura, los dos animales simbolizan la inmortalidad. Y casi siempre están juntos, pues para ello el fénix es la pareja del dragón. Entre ambos protegen el Árbol, al que los chinos atribuyen el don de la Vida, porque creen que esta planta cada 3 mil años fructifica un melocotón, aunque uno muy especial. Y es que este melocotón sería capaz de ofrecer el don de la vida eterna.

De tal manera que su sentido es literal. Ya que el Árbol de la Vida para los chicos, se trata de una planta capaz de otorgar la inmortalidad a través de sus frutos. ¡Seguro que son muy dulces esos frutos!, ¿no lo crees?

Los budistas y su Árbol de la Vida

Y cómo Asia es tan grande, no es de extrañar que los budistas también tengan su propia versión del Árbol de la Vida celta.

En este sentido podemos decir que para el budismo, el Árbol de la Vida igual que para los chinos -de otras ideas religiosas- es un árbol real. Es decir, de tallo de madera, ramas y hojas. Nos referimos al Bodhi o “higuera sagrada”.

Refiere una leyenda que Buda logró la iluminación bajo el cobijo de una higuera sagrada. De tal manera que es por esta razón que se considera sagrada dicha planta. Ahora tenemos que preguntarnos cómo alcanzó Buda la iluminación. Pues la respuesta es que mientras meditaba, Buda relaciona a aquel árbol con la vida de los seres humanos.

De tal manera que en este caso no existe ningún vínculo divino. Y es que el Árbol de la Vida chino representa nuestra vida, en una suerte de acción y efecto.

¿Cómo es el Árbol de la Vida budista?

En el pensamiento budista, las raíces de este Árbol simbolizan los valores de las personas. Lo que también puede explicarse como el actuar de cada quien. Quizás hayas escuchado el adagio de que se cosecha lo que se siembra; pues de eso se trata.

Los budistas lo dibujan con seis raíces: tres buenas y tres de origen maligno. De tal manera que si procedemos bien, crecerán las raíces buenas. Así cosecharemos frutos dulces. Pero en caso contrario, los frutos de la higuera serán como la hiel.

No obstante el simbolismo va más allá de las raíces. Así que las mismas trepan hasta el tallo, el que es una extensión de las mismas. Para la fe budista, este tallo está conformado por cinco elementos:

1. Forma
2. Sensación
3. Percepción
4. Formación mental
5. Consciencia

La idea es no asirse a nada de lo que estas partes del tronco ofrecen a los sentidos de las personas. Sólo de esta manera se puede vivir con plenitud. Pero para la fe budista, de ese tallo después crecen 12 ramas, las que serían la consecuencia de la desdicha de la vida terrenal.

Así que se puede concluir que para los budistas, el Árbol de la Vida simboliza un vínculo entre los resultados de nuestra vida, en base a nuestras actuaciones.

Algunas consideraciones

Es de destacar que de las culturas que referimos, tres no vincularon los árboles de la vida con la Divinidad. No obstante si nos fijamos bien, notaremos que su interpretación en todas ellas se da en consonancia con los más minúsculos detalles, que caracterizan cada uno de los árboles.

También conviene entender que en los bosques las plantas entrelazan sus raíces, tal como en sentido figurado podemos explicar de las familias. Tal vez de esta condición los armenios tomaron el significado que le atribuyen a su Árbol de la Vida.

Pero además los árboles tienen el don de la vida, el cual manifiestan cuando sanean el aire a través de su respiración. De tal manera que no sorprende que los chinos hayan visto en su fruto el don de la vida eterna.

Mientras que el sentido de protección y conectividad divina que le confirieron los celtas y los egipcios también, se fundamenta en la forma de la planta. Esta crece por sus raíces soterradamente, elevándose hacia el cosmos sin perder su apego al suelo.

Para concluir debemos entender que no se trata de un significado equivocado, pues todo se trata de simple percepción.

Árbol de la vida como amuleto

Muchas personas en todo el mundo atribuyen poderes a los amuletos del Árbol de la Vida celta. Con tales poderes se podrían sanar enfermedades y contrarrestar el envejecimiento.

Y esto puede entenderse fácilmente, toda vez al ser un emblema de significado tan complejo y bello, seguro llama cantidades de vibraciones positivas. Tengamos en cuenta que en un mundo caracterizado por la maldad, el odio, la envidia y muchos otros vicios, siempre es recomendable llevar un amuleto protector.

Alguien dijo una vez que no creía en brujas, aunque estaba seguro de que volaban. Y cómo un simple amuleto no es precisamente un acto de aquelarre, a quién puede molestar llevar uno, máxime si se hace discretamente.

Así que si eres estudiante, ya debes haber notado que el Árbol de la Vida, entre muchas otras utilidades, representa la sabiduría. Y aunque no te aconsejaremos que dejes de estudiar, te decimos que este amuleto puede serte útil para ti concentración. Al tiempo que te ayuda a aclarar tus pensamientos para que el conocimiento llegue más fácil.

Pero lo más importante es que no importa tu religión. Y es que como nota curiosa te podemos decir que hasta los rabinos lo llevan. Esta general aceptación se debe a que su simbolismo proviene de las bondades del árbol como tal, por lo que este amuleto no te ata a las deidades celtas ni a sus ritos.

Por estas características el árbol se expandió como emblema en diferentes culturas. Y puede decirse que estos árboles han visto el nacimiento y el declive muchas civilizaciones. De tal manera que no debe sorprender seguir viéndolo como amuleto o “adorno”, en forma de dije en el cuello, o un tatuaje, en cualquier persona, incluso de los más religiosos.

Relación del Árbol de la Vida celta con la familia

Pero la simbología del Árbol de la Vida celta es muy amplia. De tal manera que muchas personas le consideran como su propio Árbol de la Familia Cósmica.

Es una representación que relata las arcaicas historias de sus raíces entrelazadas, las que le relacionan con el pasado. Son las historias compartidas de sus luchas y sus anhelos. Pero también representa tus propios deseos de alcanzar la Luz.

Sorprendentemente la vinculación del Árbol de la Vida celta con la familia, se está convirtiendo en una creencia muy aceptada por la sociedad de nuestro tiempo. Quizás por ser un mundo de incertidumbres y que gira cada vez más velozmente.

De tal manera que muchos se rezagan en el camino, al quedar atrapados en las complicaciones que supone sobrevivir en estos tiempos modernos. Pero son cada vez más los que se refugian en la familia. De allí la aceptación del Árbol Familiar de la Vida celta.

No obstante hay que considerar una diferencia importante. Y es que contrario al Árbol Familiar abarca a toda la parentela desde sus primeros miembros, el Árbol de la Vida celta, en su versión Familiar, es más específico de la familia inmediata.

Un collar para la familia

Así que ahora es muy común el uso de adornos o prendas como el Cadena del Árbol de la Vida celta colgante. Se trata de un collar con los nombres de los miembros de la familia grabados.

Pero también el Árbol de la Vida celta nos introduce en el concepto de enlace inter-dimensional. La lógica es que si somos una materia cósmica vinculada con todo el Universo, ¿por qué no seríamos pieza interdependiente de los reinos celestiales?

Aunque hay que entender a dichos reinos, como lugares con frecuencias distintas a las nuestras, aunque cercanas. Algo así como una dimensión paralela. De allí este significado del Árbol de la Vida celta. Nos explica que a pesar de estar arraigados en el plano terreno, igual estamos acariciando los reinos espirituales.

Ya terminado este post sobre el Árbol de la Vida celta, te invitamos a leer este otro artículo. Sólo pulsa sobre el título y su contenido te sorprenderá: Historia, ritos y efectos de los símbolos del bautismo.