La paz espiritual ¡Una forma correcta de ser feliz!

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La actualidad ha producido en las personas un estado de angustia que impulsa a la humanidad a buscar equilibrio y paz espiritual en sus vidas. Muchos han descubierto que en la Biblia se esconde los grandes secretos que te dan la verdadera paz espiritual. A través de este artículo conocerás todo acerca de la paz espiritual y mental, reflexiones de la Biblia, y más. No dejes de leerlo.

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La paz espiritual

El término de paz se deriva de la lengua latín pax y significa la ausencia de guerra entre dos partes. Pareciera que este concepto se refiere solamente a la política o a la paz social. La paz entre dos Estados, dos naciones, entre clases sociales. Sin embargo, la paz a la que hacemos referencia es a la paz espiritual.

Entonces ¿con quién debemos hacer la paz para alcanzar esta paz espiritual. A continuación haremos algunas reflexiones sobre la paz espiritual basados en la Biblia. De acuerdo a las Sagradas Escrituras, el ser humano está en guerra con Dios. Desde el momento que el pecado entró en el mundo, todos los descendientes de Adán y Eva hemos sido destituidos de la Gloria de Dios.

Romanos 3:23  "23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios"

Esto explica, por qué a través de la historia, el hombre ha estado en la búsqueda de la eternidad y de su relación con Dios. Esta búsqueda constante ha dado origen a muchas religiones y sectas. No obstante, Dios estableció un solo camino para regresar a Él.

Si es cierto que todos los caminos conducen a Roma, pero no todos conducen a Dios. De acuerdo a la Biblia hay un solo camino, una sola vía, no hay otra:

Juan 14:6 "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí".

La humanidad ha intentado llegar a Dios por otros caminos, sin hallar la paz espiritual de la que habla la biblia. Un ejemplo, la cultura egipcia buscaba en sus dioses la paz espiritual y la reconciliación por medio de sacrificios humanos y ofrendas a sus dioses.

Los romanos hacían lo propio. También tenían su religión pagana que rendía culto a los dioses griegos, egipcios y romanos. Y esto lo vemos desde los sumerios hasta la diversidad de sectas y religiones que hay en la actualidad, pero desechan el camino establecido en la Biblia.

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¿Por qué buscar a Dios?

La pregunta en cuestión es ¿por qué esta sed de buscar a Dios?

Sencillo. La Palabra de Dios nos dice que el hombre fue hecho con el propósito de estar en comunión con Dios, no para estar en rebelión contra Él y sus mandamientos establecidos en su Palabra. Tenemos en nuestro corazón, digamos, incrustado el ADN de la eternidad. Veamos.

Eclesiastés 3:11 "11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin".

Este versículo bíblico nos aclara que a través del tiempo, no hemos sido capaces de entender la obra de Dios. Incluso, el Señor nos dice en su Palabra que nuestra guerra ha llegado al punto de que nos resistimos a entender, no queremos reconocer que Él es el Señor.

Compara nuestra actitud con los animales, y nos dice, en pocas palabras, que hasta ellos reconocen a Dios, pero el hombre no.

Isaías 1:3 "El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento".

En el siguiente versículo, más bien nos dice que nos acerquemos a Él, sin ser obligados.

Salmos 32:9 "No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti".

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¿Cómo alcanzar la paz espiritual?

La humanidad ha recurrido a muchos dogmas y creencias para hallar esta paz espiritual. Han recurrido al hinduismo, al budismo, a muchas religiones, incluso se han esforzado por acumular bienes y servicios para encontrar esa paz espiritual.

Sin embargo, si miramos a personajes de la farándula, políticos, jefes de Estado que han alcanzado la cumbre del dinero y del poder terminan suicidándose o destruidas sus vidas porque sencillamente no se han reconciliado con el único Dios verdadero.

Para reconciliarnos con Dios, la Biblia nos dice qué debemos hacer:

Hechos 3:19  "19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio".

Al leer este versículo, el Señor nos promete que si nos reconciliamos, si nos arrepentimos de nuestros pecados, nos dará como regalo y por gracia tiempos de refrigerio.

¿Cómo reconciliarme con Dios?

El Señor nos dice en su Palabra que el hombre fue hecho para servirle y adorarle.

Deuteronomio 6:5 "Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas".

El hecho que hayamos sido hechos para adorar a Dios, no significa que nos trabajemos, que no disfrutemos de las cosas de la vida, pero todo dentro de lo que para Dios es bueno.

Para reconciliarnos con Dios, estar en paz con Él hay dos pasos que debemos hacer. El primero es creer en nuestro corazón que Jesús es el Señor, que murió porque somos pecadores y que gracias a su sacrificio en la cruz hemos sido salvos.

Muchos dicen ser cristianos. No obstante, no entienden que Jesús fue a la cruz como el pago por nuestra redención. Si tú crees en Cristo ya diste el primer paso. El segundo es hacer una oración. Como dice Romanos 10:10 debemos decir con nuestros labios que creemos. Que entre en nuestro corazón.

Romanos 10:9-10 "que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación".

 Esta oración debes hacerla en el Nombre de Jesús. La Palabra de la Biblia nos dice cómo hacerlo. Nos aclara que todo debemos orarlo al Padre por medio del único que tiene el poder y el dominio para hacerle llegar nuestras oraciones, Jesús.

1 Timoteo 2:5 "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre".

La otra promesa maravillosa que nos regala Jesús a través de su Palabra es que TODO lo que pidamos en su nombre Él nos los dará.

Juan 14:13 "13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo".

Mateo 18:20 "20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".

Cuando ya nos hemos reconciliado con Dios ya estamos en paz. Hemos dejado la guerra. Ahora bien, ¿de qué trata entonces la paz espiritual?

La paz espiritual

La paz interior, la paz espiritual y mental que buscamos es una sensación de tranquilidad, de felicidad, de bienestar, de descanso que nos llena de un profundo descanso.

Abandonamos los miedos, las preocupaciones, dejamos atrás los sufrimientos porque estamos descansados. En este sentido, las perturbaciones del mundo, la economía, la política, los disturbios, la crisis social, dejan de tener el poder de arrebatarnos la paz espiritual.

Cuando nos referimos a la paz espiritual nos referimos al descanso que Dios nos otorga. Es la sensación que nos regala Jesús por fe en Él. Jesús nos promete que aquellos que nos hayamos reconciliado con Él encontraremos una paz que sobrepasa todo lo que nuestra mente no se puede imaginar.

Filipenses 4:7 "Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús".

Incluso, Jesús va más allá. Nos advierte que no hallaremos la paz que Él nos da en ninguna secta, dogma o religión que encontramos en Él. Recordemos que Dios estableció el camino y ese es en Jesús.

Juan 14:27 "27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo".

Si por fe crees que Jesús te dará esa paz espiritual que prometió, entonces descansarás en su promesa.

¿Cómo hallar la paz espiritual?

Luego de que nos hemos reconciliado con Dios, que nos apropiamos de la promesa de Jesús nos llenará de su paz, entonces debemos entender de qué trata la paz espiritual. Esa sensación de paz, de tranquilidad, de despreocupación que nos da esa paz espiritual deseada, sólo será posible si comprendemos que el Señor tiene el control de todas las cosas.

Muchas veces nos preocupamos por lo que pasará el día de mañana, en una semana, en su mes. Nos desgatamos haciendo planes y no nos damos cuenta que no tenemos control del futuro. Cuántas personas han hechos planes de emprender un proyecto y por razones ajenas se han derrumbados sus sueño.

Frecuentemente escuchamos de personas que planifican un viaje de vacaciones, de negocios y de repente se ven afectados por una enfermedad, por un evento sísmico o mueren y no alcanzan lograr su viaje por ejemplo.

Esto no significa que no planifiquemos, que no soñemos; lo que se quiere decir es que no debemos afanarnos por el mañana. Planifica tus sueños, tus negocios, pero vive tu día. Enfócate en el hoy. Disfruta las pequeñas cosas que te regala la vida. El aire que respiras, el canto de los pájaros, el calor del Sol, las hojas verdes de los árboles, la diversidad de flores, la sonrisa de un niño. Saborea la comida que tienes hoy. Regocíjate de una buena conversación, de un libro, de la buena música.

Jesús nos pone como ejemplo que las aves de los cielos no se preocupan por lo que han de vestirse, ni de comer. Empiezan su día alabando a Dios con sus cantos.

Mateo 6:26 "26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?"

Ahora bien, si tienes necesidades básicas que cubrir en tu hogar, como todos los habitantes de la Tierra, si conoces a alguien que tiene una enfermedad, si tienes un problema de trabajo o cualquier circunstancia, la oración es la vía para que Dios nos de su pronto auxilio. Jesús nos dice que confiemos en Dios, que busquemos primero el reino de los cielos y Él nos dará de lo que tenemos necesidad. Si esto lo creo por fe tengo paz espiritual porque estoy absolutamente seguro (a) que resolverá mi situación.

Mateo 6:25 "25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?"

Mateo 6:31-34 "31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Cuando Jesús me dice que nada me faltará es que es así NADA me faltará: alimento, vestidos, calzados, dinero, trabajo, salud, paz espiritual.

Salmos 23:1 "Jehová es mi pastor; nada me faltará".

Entonces, la paz espiritual comienza por la reconciliación con Dios, entender que necesito hacer la paz con Dios. Luego, saber que hemos sido destituidos de su gloria a causa del pecado.  Para restituirnos en el reino de los cielos, debemos creer que alguien pagó por mi rescate. Esta remisión fue por medio de la Sangre de Cristo en la cruz del calvario. Él ha sido el único ser humano que fue crucificado siendo inocente de lo que se le acusaba. Ha sido el único ser humano que hasta las autoridades de la época reconocieron que aun siendo justo, sin pecado, sin falta fue a la cruz.

Hebreos 9:22 "22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión".

Juan 19:4 "Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él".

Al reconocer todos estos argumentos, hacemos una oración pidiéndole a Jesús que entre en nuestro corazón, que perdone nuestros pecados y que me de esa paz espiritual que me ha prometido.

Finalmente, para encontrar esa paz espiritual, es apropiarme de todas y cada una de las promesas que hay en la Biblia.

Hábitos para cultivar la paz espiritual

Hay hábitos que nos permiten alimentar la paz espiritual. Ciertamente, cuando nos encontramos a diario con la Palabra de Dios hallamos algunas prácticas que nos ayudarán en nuestra vida diaria para que la paz espiritual sea firme.

Entonces, sí la fe y la paz espiritual hay que cultivarlas. Para que nuestra fe sea fuerte hay que ejercitarla tal como lo hacemos con nuestro cuerpo físico. El cuerpo espiritual también hay que ejercitarlo.

Buscar a Dios a diario

El primer hábito es encontrarnos con Dios todas las mañanas. Siguiendo el ejemplo de Jesús, quien aun siendo el Hijo de Dios, se levantaba de madrugada para orar.

Romanos 10:17 ""17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios".

Marcos 1:35 "35 Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba".

Si deseamos cultivar la paz espiritual, lo primero que debemos hacer es amar a Dios por encima de nosotros mismos, de nuestras familias e hijos, de nuestro trabajo y pasiones.

Marcos 12:30  "30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento".

Esto significa que debemos leer la Palabra de Dios. Escuchar a predicadores de la sana doctrina de la fe en Cristo. Pues la Palabra de Dios al escucharla tiene un poder transformador en nuestro ser que nos inunda de paz espiritual. Dedicarle un tiempo a tener comunión con Dios.

Proverbios 8:17

17 Yo amo a los que me aman,
Y me hallan los que temprano me buscan.

Salmos 55:17 

17 Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré,
Y él oirá mi voz.

Guarda tus pensamientos

Otro de los hábitos es reflexionar sobre nuestros pensamientos y acciones. Escuchar esa voz interior que nos indica qué estamos haciendo bien y que debemos corregir. Es importante regalarnos un tiempo a diario con Dios y con nosotros mismos. Todas nuestras situaciones buscarle respuestas en la Palabra de Dios. Te sorprenderías la cantidad de soluciones que hallamos en las situaciones cotidianas en la Biblia.

Debemos guardar nuestros pensamientos. Evitar aquellos que nos hacen daño, pues nuestros pensamientos contaminan nuestro corazón. Desaprendamos aquellas acciones que sabemos hacen daño a otros y a nosotros mismos. Seamos humildes. No creamos que nuestros títulos académicos, conocimientos nos hacen grandes. Más bien, busquemos crecer en el espíritu.

Proverbios 4:23

23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida.

Isaías 55:7 

Deje el impío su camino
y el hombre inicuo sus pensamientos,
y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia,
al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.

 

Romanos 12:3 "Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno".

Simplificar la vida

Muchas veces nos afanamos en tener dinero, en trabajar demasiado para satisfacer nuestros placeres y en complacer a los demás. Nos olvidamos de nosotros mismos.

Si bien es cierto que disfrutamos de la compañía de nuestros familiares y amigos, también es maravilloso encontrarnos con nosotros mismos. Hacer ejercicios, calmar nuestros pensamientos, son hábitos que nos otorgan esa paz espiritual.

Cuando nos ocurren situaciones inesperadas y murmuramos, nos molestamos, no comprendemos, debemos pensar que algo viene de esa situación. Dios nos dice que todo lo que nos ocurre es para nuestro bien.

Si nos accidentamos con nuestro carro, probablemente nos salvó de un choque automovilístico o de la muerte. Cuando intentamos llegar a tiempo a un lugar, nos retarda el tráfico o se nos pincha un caucho o llanta probablemente nos está salvando de lago.

Hasta las situaciones más dolorosas tienen un propósito aun cuando no lo entendamos.

Romanos 8:38 "38 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados".

No desgastarse en el pasado

La Palabra de Dios nos insta a no volver nuestros ojos al pasado. Luego de reconciliarnos con Dios y de habernos arrepentido de las cosas que hayamos hechos debemos esforzarnos por deslastrarnos de eso que deseamos no haber dicho o hecho.

Salmos 51:4 

Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.

El pasado ya no podemos modificarlo. Lo que sí podemos hacer es pedir perdón a Dios por lo que hayamos hechos.

Lucas 11:4 "Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.”

 

1 Corintios 13:4-5 "El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece, 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor".

Filipenses 3:13-14 "13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús".

Ejercer la gratitud

Sí dar gracias. Es importante ser agradecidos con Dios. Muchos eruditos se atribuyen filosofías que ya han sido dicha hace miles de años. En la Biblia, el libro más antiguo de la historia, dice que debemos ser agradecidos.

Agradecer el aire que respiramos, poder ver, caminar, sentir, el trabajo, nuestra inteligencia. También ser agradecidos con aquellas personas que nos ayudan en momentos de nuestras vidas. Este es otro hábito que nos llena de paz espiritual.

1 Tesalonicenses 5:18 "18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús".

Practicar el perdón

Practicar el perdón es una herramienta fundamental para hallar la paz espiritual. Perdonas significa literalmente dejar pasar. No dice aceptar la falta. Todo acto trae consecuencias, pero es importante perdonar a nuestros semejantes y a nosotros mismos.

Un indicador de que hemos perdonamos a otros es cuando guardamos resentimiento y no pedimos una indemnización por aquella falta. El perdón proviene del amor por nuestros semejantes. Si amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, debemos tratarlos como nos gustaría que nos traten.

Otro elemento a destacar sobre el perdón es que éste no es una emoción o sentimiento, es una decisión. Perdonas muchas veces requiere de la intervención de Dios. Debemos pedirle fuerza para deslastrarnos de ese rencor. Es una decisión de aceptar que nos gobierne el odio o el rencor. Elegir, es acercarse a Dios y pedir fuerzas para perdonar. El perdón es el arma más poderosa para halla la paz espiritual.

Mateo 18:21-22 "21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? 22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete".

Mateo 6:14-15 "14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas".

1 Pedro 2:23  "23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente".

Prescinde de criticar y juzgar al prójimo

Existe la ley de la reciprocidad. Tal como dijo Jesús, lo que nosotros damos eso recibimos. Así como criticamos y juzgamos a los demás, también recibimos eso en reciprocidad.

Evita criticar y juzgar. Esas prácticas contaminan nuestros pensamiento y el corazón.

Mateo 7:2  "Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido".

Marcos 4:24 "24 Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís".

Mateo 7:1-5 "No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá. ¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?"

Indicadores de la paz espiritual

Existen algunos indicadores que manifiestan haber alcanzado la paz espiritual. Es importante saber que cuando nos sentimos intranquilos, que no podemos concentrarnos en nuestras actividades o controlar nuestros pensamientos, es un indicador claro que no tenemos paz espiritual. Debemos detenernos y revisar qué hemos hechos que nos atormenta y pedir perdón a Dios. También, qué nos han hecho y que no hemos perdonado y tomar la decisión de hacerlo.

Entre los indicadores que nos develan que tenemos paz espiritual es cuando tenemos las siguientes capacidades:

Pensar antes de actuar

Tomarnos tiempo para pensar antes de hablar o de actuar nos permite afirmar que tenemos paz interior. Actuar de forma espontánea nos indica que no tenemos temores, que estamos en armonía en nuestros pensamientos y acciones. Al tomar tiempo para hablar y actuar reflejamos que estamos conscientes de que nuestras acciones traen consecuencias y eso es muy importante.

Regocijo del momento

Cuando le quitamos el poder al futuro de dominar nuestras mentes o pensamientos, perdemos el temor de lo que vendrá, y por ende alcanzamos la paz espiritual. Ciertamente es importante ser planificados, pero como hemos advertido anteriormente, no podemos controlar el futuro, ni sus acontecimientos. Entonces, nos queda disfrutar el momento. Cada instante es importante. Esa sensación de gozar con nuestros seres queridos, un momento a solas genera paz espiritual.

Aceptación de sí mismo

Una persona que no tiene paz espiritual suele recriminarse sus errores. No está conforme con lo que ve en el espejo, ni con lo que representa. Todo lo contrario suele pasar con una persona que se ha reconciliado con Dios y tiene paz espiritual. Pues, está consciente que Dios ha perdonado todos sus errores y pecado. No tiene que mirar al pasado recriminándose por lo que pudo haber hecho y no hizo. Una persona con paz espiritual puede alinear sus pensamientos y acciones. Ahora tiene tiempo para reconducir su vida y estar en armonía con sus pensamientos y acciones.

La empatía

Cuando tenemos paz espiritual podemos darnos cuenta que nuestros pensamientos y conversaciones han sido transformados. Ya no hay espacio para juzgar a los demás, ni criticar su apariencia física o la vida de los otros. Cuidamos lo que pensamos, lo que sentimos y lo que decimos porque tomamos conciencia de que eso puede arrebatarnos la paz espiritual. Entonces, perdemos ese interés de estar pendiente de la vida de los otros y de criticarlos.

Ausencia de conflictos

Cuando hallamos la paz espiritual nos vamos alejando de lo que en un momento de nuestra vida era cotidiano. Antes estamos sumidos en la defensa de nuestros pensamientos y de nuestros ideales. Vamos cambiando ese hábito de confrontación con los otros por la mediación. Nos damos cuenta que es preferible ser mediador que estar en conflicto. Entendemos que en nuestras vidas no existen verdades absolutas, sino relativas. Lo único que es absoluto en nuestra relación con dios y lo que hay en la Biblia.

Ausencia de preocupaciones

Generalmente la vida de los seres humanos se caracteriza por las preocupaciones por la crisis económica, política, sociales, de valores. Nos damos cuenta que cuando nos apropiamos de las promesas de Dios expresadas en la Biblia nos asegura las grandes bendiciones que nos otorga. Entonces, sabemos que no debemos preocuparnos por el futuro, ni lo que ha de venir. Debemos centrarnos en atender las circunstancias que se presenten en el hoy. Tal como dice el Señor:

Mateo 6:3434 Por tanto, no se preocupen por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástenle a cada día sus propios problemas”.

La paz se irradia en nuestro rostro

Una persona con paz espiritual se manifiesta en su apariencia física. Su rostro se ve relajado. La sonrisa se apodera en su cara. La paz espiritual se manifiesta en la forma de hablar, de conducirse, de pensar, en las relaciones sociales.

Salmos que brindan paz espiritual

A continuación te dejamos algunos Salmos que te brindan paz espiritual.

Salmos 121

Jehová es tu guardador

Cántico gradual

121 Alzaré mis ojos a los montes;
    ¿De dónde vendrá mi socorro?

Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.

No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.

He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel.

Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.

El sol no te fatigará de día,
Ni la luna de noche.

Jehová te guardará de todo mal;
El guardará tu alma.

Jehová guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre.

 

Salmos 27:1

Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
    Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?

 

Salmos 27:3

Aunque un ejército acampe contra mí,
No temerá mi corazón;
Aunque contra mí se levante guerra,
Yo estaré confiado.

Consideraciones finales

Como hemos advertido la paz espiritual sólo es posible cuando hay ausencia de guerra. Esto nos insta a reconciliarnos con Dios. Cuando ya estamos en paz con Dios es necesario hacer su voluntad. Pues, además de reconciliarnos entonces el fruto de nuestra vida debe estar en correspondencia a la voluntad de Dios. Sólo así se puede halla la paz espiritual verdadera que sobrepasa todo entendimiento. De lo contrario, viviremos en una constante lucha entre lo que es correcto y nuestro propio ego.

Mateo 7:21 "No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos".

 

Luego de profundizar en el tema de la paz espiritual te invitamos a que veas el siguiente artículo referido a Conoce la historia de los principales dioses del Budismo

https://www.youtube.com/watch?v=1DtNnJaZPRc

Te compartiremos otros artículos que seguro serán de tu interés.

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