La leyenda de la niña del Panteón ¡Es aterradora!

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Existe una leyenda muy conocida por los mexicanos referente a una niña perdida en un cementerio. Conoce en este artículo todos los detalles acerca de la leyenda de la niña del Panteón de García, así como también la niña del Panteón Facundo y San Isidro; ¿cuál será la verdadera?

La niña del Panteón

La niña del Panteón

Se conoce que los entierros de los difuntos son ceremonias que se hacen para honrar la memoria del fallecido, y para que sus familiares y amigos puedan darle su último adiós. De igual manera, en los años posteriores la gente acostumbra visitar las tumbas para llevarle ofrendas a sus seres queridos. En México existe la historia de una niña que se encuentra vagando por un Panteón, jugando en sus alrededores e invitando a los demás a que jueguen con ella. El origen de esta leyenda no está del todo claro, pero existen diversas versiones al respecto, las cuales se señalan en las líneas siguientes.

Es necesario mencionar que tales versiones varían de un lugar a otro, y se basan en distintos panteones así como también se involucran personas con nombres diferentes. Por ende el origen no está del todo claro, ni una versión predomina más que la otra. Lo cierto es que la leyenda se basa en una niña pequeña, que está vagando por un Panteón y se le ha visto, incluso se escuchan sus risas.

Desde el momento que quedó allí atrapada, sea por uno u otro motivo, su alma esta allí presente pues no ha podido marcharse del todo, y está corriendo, jugando y habitando ese lugar, tenebroso para muchos pero que para ella se volvió su hogar.

Primera versión

Una de las versiones que se cuentan acerca de la niña del Panteón, giran en torno a una niña llamada Miranda, quien era muy desobediente y no hacía caso a sus padres. Estos, en repetidas ocasiones salían y la dejaban sola en casa, pero ella en uno de esos días de aburrimiento, decidió salir y caminar por los alrededores. Era tanto su emoción por haber salido, que se sentía capaz de hacer cualquier cosa, y quiso entrar a un cementerio que estaba cerca, no sin sentir antes un poco de temor.

Como toda niña inquieta, comenzó a saltar y a correr sobre las tumbas, pero en uno de esos momentos se tropezó, perdió el equilibrio y acto seguido, cayó dentro de una de las tumbas que se encontraba abierta. Por mala suerte, cayó a la fosa y lamentablemente se golpeó la cabeza, por lo que murió de inmediato.

Desde ese momento, se cree que el espíritu de Miranda se la pasa corriendo por el cementerio y jugando, y en algunos casos espantando a los niños que desobedecen a sus padres, como ella.

Segunda versión

Otra de las versiones conocidas acerca de la niña del Panteón, se refiere a una familia que manejaba un negocio de venta de flores, en Monterrey. En dicha familia habían tres niños, quienes ayudaban con el trabajo en aquellos días más concurridos, como por ejemplo el día de muertos y el día de los santos, situaciones en que la gente acostumbra comprar hermosas flores para ofrendar a sus difuntos.

Un día de Octubre la niña más pequeña, cuyo nombre era Viviana, estaba jugando con otros niños en el Panteón, pero repentinamente se alejó del grupo y se detuvo en el Mausoleo y comenzó a hablar con alguien. Su hermana María la observó alejarse y la siguió, pero no lograba ver con quién estaba hablando la pequeña, hasta que escuchó llantos y risas y se asustó, y en fracciones de segundos perdió de vista a Viviana. Alarmada, le dijo a los adultos y todos comenzaron a buscar a la niña con linternas y demas, hasta que llegaron a la tumba y la vieron adentro.

Sin embargo, todos se llevaron la sorpresa de ver que la tumba llevaba muchos años cerrada, pero lograron romper la ventana del mausoleo y rescatar a Viviana. Posteriormente se fueron de allí y la niña comenzó a contarles que tenía una amiga que atendía al nombre de Carmina, que no era visitada por nadie y se sentía muy sola, por lo que la invitó a vivir con ella.

Días más tarde, precisamente el día de muertos, la familia tenía mucho trabajo y se encontraban haciendo los arreglos florales en el Panteón. Como cualquier otro día, Viviana había llevado una muñeca pero cuando terminó la jornada y habían regresado a casa, la niña ya no tenía la muñeca. Fue entonces cuando Viviana les explicó que Carmina se la había pedido para jugar con ella, y acto seguido la madre se dirigió al Panteón para ver qué había sucedido. Estando en la tumba, vieron que efectivamente la muñeca estaba allí, y sintió el roce de una mano pequeña.

Esa noche al llegar a casa, su hija Viviana no despertaba, ante lo que llamaron a los médicos e intentaron revivirla pero no obtuvieron éxito. Se dice que falleció por causas naturales. El tiempo pasó y la familia se marchó de México, y cuando volvieron, se encontraron con el padre junto con el velador del Panteón, y les explicaron que con frecuencia, se oye la risa de dos niñas jugando en el Panteón. Generalmente los ruidos provienen de la tumba de Carmina.

La niña del Panteón

Tercera versión

México es un país donde sus habitantes son muy creyentes y respetan profundamente a sus difuntos, por lo que hacen lo posible por darles Santa sepultura para que descanse en paz por la eternidad. No es extraño notar familias reunidas para despedir a alguien especial que ha partido hacia otro plano. En este sentido, esta historia se lleva a cabo en Guadalajara, alrededor de la década de los treinta, en un Panteón, que es lo que en otros lugares se conoce como cementerio. En fin, donde las personas entierran a sus muertos.

La leyenda de la niña del Panteón inicia cuando una vez, hace mucho tiempo, la familia Hernández se encontraba afligida debido a la muerte de un familiar muy cercano, Humberto. Como es costumbre, los familiares asistieron para darle el último adiós, y una pareja prácticamente obligó a su hija a que los acompañara, quien tan solo tenía siete años para ese momento. Esto lo hicieron con la finalidad de que la niña entendiera un poco, entre llantos y lamentos, acerca de lo que se trata la vida y sus ciclos.

Cabe acotar que los padres la llevaron aún en contra de las recomendaciones hechas por sus más allegados, quienes les decían que ese no era lugar para una niña pequeña, pero estos hicieron caso omiso a sus comentarios, y asistieron con la niña; quien presenció de principio a fin como todos lloraban y se lamentaban por la partida de Humberto.

Una vez culminado el sepulcro, todos las personas se fueron retirando progresivamente a sus casas, pero al cabo de un rato los padres debieron cuenta de que la niña no había regresado con ellos. Empezaron a buscarla desesperadamente, preguntando a los demás invitados si la habían visto o sabían donde estaba, pero no obtuvieron ninguna respuesta alentadora. Finalmente, la policía la dio por desaparecida y nunca la encontraron.

Años después falleció también la esposa de humberto, y su deseo era ser enterrada junto a su esposo, momento en el cual excavaron su fosa para enterrarlos juntos. Sin embargo, algo extraño sucedió, pues hallaron pequeños huesos, los huesos de una niña y entonces todos comprendieron lo que había sucedido. Aquel fatídico día, la niña cayó a la fosa donde estaba enterrando a su familiar y nadie se dio cuenta, pues esta se golpeó la cabeza y quedó inconsciente. Los días pasaron y ahí quedó la pequeña, quien corrió con tan lamentable suerte.

Desde entonces, se dice que una niña se encuentra por el Panteón, la ven corriendo y jugando e invita a los demás para que la acompañen. Inclusive, si se le dejan juguetes, estos desaparecen porque ella los toma para jugar. Ella se llama Irene, y es la niña del Panteon.

La niña del Panteón

Panteones alusivos a la leyenda

En virtud de la leyenda de la niña del Panteón, varios cementerios de México han adquirido cierta popularidad. En este sentido, algunos de los panteones más nombrados al momento de relatar la historia son los siguientes:

  • Panteón San Miguel de Apodaca.
  • Panteón San Isidro en la Cuidad de México.
  • Panteón Hidalgo en Tepic Neyari.
  • Panteón del Carmen en Monterrey.

Todos estos panteones guardan muchas historias, lo cual les otorga un mayor toque de misterio. Además, es sabido por todos que un cementerio o Panteón no es únicamente para albergar tumbas y flores, ya que guardan elementos sumamente importantes y característicos del folclore de las naciones. Más aún en países como México, donde se les guarda tanto amor, afecto y respeto por los difuntos.

Por ello, no deben pasar por alto que cada Panteón guarda una historia, relacionada con la cultura y los antepasados, y en si es un punto de encuentro entre vivos y muertos. Es donde se le rinde honor a la memoria de los familiares y amigos más queridos, que ya partieron de este mundo pero se encuentran arraigados en nuestros corazones.

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