La historia y características de la cultura Paracas

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Saber sobre las culturas precolombinas, nos remonta al pasado de los pobladores del continente americano. Así sucede con la cultura Paracas de Perú. Su historia, costumbres y arte son hoy un atractivo del acervo cultural peruano. En este interesante artículo conocerás más de cerca, todo sobre la cultura paracas, características, períodos, quién la descubrió y mucho más, no dejes de leerlo.

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La cultura Paracas

La cultura Paracas es una de las civilizaciones más importantes de la época precolombina de Perú. Se ubicaba en el Alto Perú, específicamente, frente a la bahía de Paracas, al sur de Pisco. Se caracterizaron por fabricar un tipo de textilería avanzada para la época, mezclando lana y algodón. También, la calidad de la cerámica y sus decorados mostraban un gran avance. Confeccionaban un estilo de cestería muy desarrollada.

Lo más resaltante de su descubrimiento, fue la forma en que enterraban a sus muertos. Los momificaban y los envolvían en hermosos mantos decorados. Asimismo, llama la atención de la cultura Paracas, los restos de cadáveres con los cráneos deformados, de forma alargada. Destacan, además, las tumbas halladas en la península de Paracas. Estos hallazgos dieron a conocer una de las civilizaciones peruanas que encierran todavía muchos secretos.

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Etimología

Su nombre proviene de la lengua quechua, y representa a la lluvia de arena. Este término simboliza los impactos producidos por los vientos huracanados que suelen impactar en la región. Los efectos de estos vientos arrastran consigo guano y arena de las islas aledañas que le dan un aspecto blanquecino en la superficie de la región. Este fenómeno le ha atribuido a la península la terminología de Paracas y en consecuencia a la civilización que se asentó en la región.

Ubicación geográfica

En la Península de Paracas, se asentó la cultura Paracas, de allí su nombre. Específicamente se desplegaron entre los ríos Pisco e Ica, con dirección hacia el norte hasta llegar a Chincha. Por el sur de estos ríos llegaron hasta Yauca, que se ubica en la región de Arequipa. Esta región se caracteriza por ser extremadamente árida. Por ende, sus suelos son infecundos y estériles. Lo que imposibilitaba habitar en esta región. Las cámaras halladas en el Centro Colorado, nos permite afirmar que era un sitio destinado para enterrar a  sus muertos.

Un grupo de teóricos arqueológicos e históricos han considerado que la médula de esta civilización se pudo haber  situado en Tajahuana, en el sector del valle de Ica, por el tramo de Ocucaje. Se refería a una comunidad fortalecida en la cúspide de un risco, que le favorecía su protección.

Ahora bien, debemos destacar que esta península es de impresionante belleza, pues se fusionan una imagen desértica de impresionantes figuras rocosas con la exuberancia de especies de aves, mamíferos marinos y peces. En la actualidad, se ha declarado reserva Nacional para preservar su riqueza cultural y natural.

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Hallazgos sobre la cultura Paracas

Los hallazgos sobre la cultura Paracas han sido producto de las excavaciones en cuatro provincias: Chinca, Pisco, Ica y Palpa que a continuación te referimos.

Chincha

Integrado por las provincias de Chincha, Bodegas y Lurín.

En la provincia de Chincha, se encontraron los primordiales hallazgos urbanísticos, donde destaca la zona el Complejo Soto, que consta de tres colinas ordenadas de manera lineal de oriente a occidente. Igualmente, se encontraron en Huaca Alvarado con dos montes. En esta región, específicamente en Pampa del Gentil se encontraron restos de poblados extendidos en la zona. En San Pablo localizaron construcciones de adobe; y en Santa Rosa,  hay rastros de una formidable construcción que se presume haya sido un santuario. En la actualidad se encuentra bajo infraestructuras recientes.

Pisco

Esta región está integrada por Cabeza Larga, Cerro Colorado, Disco Verde, Tambo Colorado, Chongos.

Destacan de Pisco: Cerro Colorado, Cabezas Largas y Wari Kayan, pues allí fueron los primeros hallazgos de Tello, arqueólogo peruano quien encontró los restos arqueológicos de la cultura Paracas y de los cuales, queda muy poco, pues han sido objeto de constante  saqueos.

Ica

Abarca las provincias de Teojate, Ocucaje, Huamaní, Callango (Ánimas Altas y Ánimas Bajas), Ullujalla, Chiquerillos, Tomaluz.

Ahora bien, en la zona donde se encuentra el Valle de Ica se encontraron con dos de los terrenos de mayor tamaño: la aldea amurallada de Tajahuana y en el bajo, Ánimas Altas, un sitio con evidente influencia de la civilización Chavín, compuesta de casas, plazas, cementerios, talleres, y una tarima en forma de “U”. Entre ellos, se localiza Ocucaje, donde se encontró un geoglifo con una imagen de cóndor al lado de tres figuras abstractas.

Palpa

Conformada por Mollaque, Chichictara y Nasca (Soisongo, Atarco, Trancas, Cahuachi).

En los valles de Palpa y Nasca,  se consiguieron arquitecturas concerniente al primer período de la cultura Paracas. lntre ellos, se pueden mencionar Los petroglifos de Chichictara, sí como los geoglifos de Jauranga y Llipata. Un lugar que se caracterizó por asentamientos constantes entre los años 600 a.C. y 200 a.C.

Hecho ocurrido  En el litoral de la Bahía de la Independencia, se encuentra ubicado el amplio terreno de Karwas, donde se hallaron rastros de infraestructuras, así como residuos de textiles y cerámicas, cuyos componentes pictóricos exhiben una evidente influencia de la cultura Chavín.

Descubrimiento

Julio C. Tello,l arqueólogo peruano fue quién descubrió a la cultura Paracas. En julio de 1925, frente a la bahía de Paracas y al sur de Pisco. Durante el mes de agosto de 1925, Tello, conjuntamente con su colega y asistente Toribio Mejía Xesspe, establecieron un campamento arqueológico en el referido lugar para iniciar las excavaciones pertinentes.

Ahora bien, en Cerro Colorado fue hallado el primer cementerio de los Paracas. Específicamente  localizado en las elevaciones de rocas pórfidas rojizas. En dicho cementerio, lograron encontrar un total de treinta nueve (39) tumbas, que Tello identificó como “cavernas”, donde estaban depositados un número importante de fardos funerarios, envueltos con mantos finamente bordados y cercados por cerámicas, objetos de caza, pieles de animales y variedad de alimentos.

Posteriormente, Tello y Mejía Xesspe, para el año 1927, encontraron otro cementerio, en Warikayan, cercano al Cerro Colorado, al que designó como Paracas-Necrópolis. Allí consiguió cuatrocientos veintinueve (429) cuerpos momificados, envueltos con varios mantos, bordados finamente.

Además de estos dos cementerios, el arqueólogo peruano se tropezó con una tercera necrópolis, a la que identificó como Arena Blanca o Cabeza Larga. Este nombre se debió al hallazgo de cráneos con deformidades, donde prevalecen sus formas prolongadas. Allí, además encontrar tumbas despojadas, encontró restos de viviendas bajo tierra.

Períodos de la cultura Paracas

El arqueólogo Tello, luego de estudiar a la cultura Paracas determinó que esta civilización tuvo dos períodos claramente definidos. Los períodos de la cultura Paracas, derivan de la forma en que esta civilización enterraba a sus muertos. El primer período se conoce como Paracas Cavernas y el segundo como Paracas Necrópolis que desarrollaremos a continuación.

Período Paracas Cavernas

Este periodo, según Tello, duró setecientos (700) años antes de Cristo (a.C). Como referimos al principio del artículo, durante este período desplegaron en Tajahuana, en la ribera del río Ica, en  el tramo de Ocucaje.

El nombre de este período procede de acuerdo a la forma en que sepultaban a sus difuntos. Se pudo encontrar a los fardos funerarios acomodados en forma fetal. Estos fardos eran colocados en tumbas socavadas en peñascos.

En estos camposantos, Tello halló cuatrocientos veintinueve (429) envoltorios de cuerpos momificados con mantos hermosamente bordados. Estos cuerpos estaban rodeados de una serie de objetos de caza, restos de alimentos y pieles de animales.

Estas tumbas tienen figura forma de un cáliz inverso. Su profundidad alcanza hasta los seis metros de profundidad. En el fondo de la excavación colocaban los cuerpos envueltos en mantos bordados. Cabe destacar, que estas excavaciones funerarias eran comunitarias. Lo que no se sabe si todos los cuerpos corresponde a una misma familia.

Los restos que se descubrieron están momificados debido a las condiciones climáticas de la región. Algunos de estos cuerpos tenían deformaciones y trepanaciones o perforaciones craneanas. En resumen, se puede referir que el modelo de las tumbas eran los siguientes.

Modelo de cavernas

Es un espacio que se lograba a través de la perforación de un peñasco circular. Este recinto es sellado por un techo formado por palos de huarango, o bien con costillas de ballenas. Se colocaba una esterilla o un cuero de lobo marino. Desde el centro se llegar al segundo compartimento.

Para ingresar al segundo espacio, era necesario pasar por un tubo de un metro y medio de diámetro y tres de profundidad. Este sector estaba recubierto de piedra con muchas incisiones en las paredes. Estos cortes permitían ingresar a la tercera sección.

Al llegar a esta sección, se podía apreciar una cámara hemisférica, de aproximadamente dos metros de altura y cuatro metro de diámetro. Los cuerpos, en formas de fardos funerarios, eran almacenados en el suelo, a través del mismo tubo de acceso. El proceso de momificación era muy sencillo. Se reduce a cubrir el cuerpo con brea.

Paracas Necrópolis

De acuerdo a los estudios de Tello, este período oscila entre quinientos años antes de Cristo hasta doscientos años a. C (500 a.C – 200 a.C).

En Warikayan los arqueólogos encontraron camposantos de forma rectangular, los cuales estaban fraccionados en varias cámaras o sectores. Este descubrimiento, parecía una ciudad de los muertos, de allí su nombre “Necrópolis”.

Cabe aclarar que el término necrópolis se deriva del griego necro y su significado es muerte; y de la palabra polis que es ciudad. Entonces, el término necrópolis significa ciudad de los muertos. Por tanto, la palabra necrópolis, se le atribuye a cementerios o camposantos de grandes ciudades o regiones destinadas a enterrar a los difuntos de civilizaciones antiguas.

Ahora bien, en cada cámara, había una capacidad para decenas de fardos funerarios, que se hallaron a pocos metros de la superficie terrestre. Cada aposento estaba fabricado con técnicas de construcción mucho más avanzadas que contemplan varias filas de cavidades subterráneas. Tomando en consideración los análisis de los expertos, cada cámara le pertenecía a un clan o grupo familiar. En ese lugar, debieron enterrar por generaciones a los antepasados de cada grupo.

Esquema de sepultura

Eran lugares cercados y subterráneos de forma rectangular. Los cuerpos eran enterrados a pocos metros. En algunos casos, se volvieron a utilizar las infraestructuras domésticas del período anterior, lo cual exigía preparar espacios más grandes, y colocar los restos entre los muros, cubriéndose con arenas y escombros que se obtenían de la restructuración de estas infraestructuras.

Hallaron envoltorios funerarios con enseres muy ricos; algunos tenían mantos con bordados muy complejos, y tenían alrededor muchos objetos, mientras que otro solo cuenta con la momia. Esto permite concluir que existían clases sociales. Los cuerpos dentro de los fardos estaban en posición fetal. Se podía observar que las cabezas estaban artificialmente alargadas. Algunas sobre la lengua había una plancha de metal, algo que al parecer era para representar algo mágico.

El método de momificación era más complejo. Perforaban el tórax y extraían el corazón, las vísceras, los pulmones, por medio de cortes longitudinales. Asimismo, de las extremidades del cuerpo, eliminaban los músculos. El cerebro lo extraían por medio de las fosas nasales. Finalmente, el cuerpo era bañado con diferentes sustancias y expuesto a los rayos del Sol o al fuego, lo que explica el semblante ennegrecido que muestran las diferentes momias.

Otras teorías

Otros especialistas en arqueología, independientemente de la fama alcanzada por Tello, diferían que Necrópolis fuera un cementerio. Para estos estudiosos la región de Warikayan era un asentamiento de una cultura precolombina.

Allí encontraron, en infraestructuras precolombinas, a más de cuatrocientos cuerpos envueltos con mantos bordados, lo que generó mayores dudas sobre la región y que hasta ahora no se ha obtenido una respuesta que satisfaga a la ciencia. Según nos explican los arqueólogos, esta región pudo haber sido considerada como un lugar sagrado, debido a su cercanía al mar y el color rojizo que caracteriza a sus montañas. Esto le da un significado especial a la muerte y luego la regeneración.

Otro aspecto importante, es que los hallazgos posteriores en la región han demostrado que no pertenecen a los Paracas, sino a otra cultura denominada Topará, quienes se asentaron en los valles de Cañetes, Chincha, Topará y Pisco hasta su prolongación hacia el sur hasta llegar a la península de Paracas.

Esto significa que Warikayan colindaba con ambas culturas. Hay evidencias que hacen presumir que los topará fue una civilización muy violenta y dominó la región.  En los fardos se hallaron restos de armamentos fabricados por la civilización topará, y los cuerpos presentaban deformaciones craneales. Esto nos permite concluir que fue un período muy violento.

Los cuerpos enterrados en la región están envueltos por hermosos mantos bordados con grandes detalles y colorido. Algunos se destacan por su gran belleza y majestuosidad. Estos ejemplares le han otorgado a los Paracas una fama cultura a nivel mundial como los mantos de Paracas.

Organización política

Desplegaron una sociedad teocrática. Es decir, eran organizados por una casta sacerdotal - religiosos quienes gobernaban. Progresivamente, se fueron incorporando la nobleza guerrera, quienes gozaban de ciertos privilegios. El resto de la población estaba dedicada a realizar las actividades que dispusieran los sacerdotes y la nobleza guerrera. De no cumplir con las instrucciones era fuertemente castigado por los dioses.

Organización social

De acuerdo a los hallazgos encontrados en las necrópolis, se puede afirmar que hay fuertes indicios que la cultura Paracas estaba dividida en clases sociales, ya que existen cuerpos muy adornados, por lo que se presumen eran personajes muy poderosos. En este sentido, se advierte un grupo de sacerdotes que tenían el control político, en segunda instancia estaba la nobleza guerrera y de carácter militarista. La tercera clase social era la mayoría de la civilización paracas, que formaban el campesinado.

Fue una civilización con una precisa partición del trabajo, permitiendo el progreso de actividades altamente tecnificadas que exigían enormes cantidades de mano de obra, fundamentalmente en la industria textil, agrícola y pesquera.

Organización religiosa

La religión de esta cultura politeísta, es decir creían en varios dioses. Asimismo, tenía semejanza a la de Chavín. Una discrepancia entre ambas era que los paracas tenían un dios principal denominado Kon o dios Oculado.

Kon

Como se ha advertido anteriormente la cultura Paracas era politeísta, pues hay evidencia de cultos a varios dioses. Sin embargo, rendían culto a un dios por encima de los otros, el dios Kon o dios Oculado. Hay quienes afirman que este dios, según la mitología paraca era el dios del agua, en otras palabras era el encargado que lloviera.

Asimismo, Kon era apreciado como su divinidad creadora. Era personificado portando máscaras de felino volador, además llevaba en sus extremidades cabeza de trofeo, alimentos y un báculo. Aparte de esta imagen, también podían simbolizarlo solo con su cabeza y ojos muy sobresalientes.

Por otro lado, esta civilización creía en la vida después de la muerte. Sus rituales funerarios, la momificación de los cuerpos y los ajuares son pruebas de la importancia que daban a la muerte y a la nueva vida. Igualmente, hay evidencias que practicaban en sus ritos religiosos sacrificios de seres humanos y de animales.

Urpayhuachac

A pesar de que su dios central era Kon, los paracas también rendían cultos a otras deidades. Una ellas era Urpayhuachac, esposa del señor de la noche. La cultura Paracas pensaba que esta diosa resguardaba y criaba a los peces en unos tanques situados cerca del mar.

Los Paracas creían que un día, el dios Cuniraya aprovechó un día que la diosa Urpayhuachac no estaba en los estanques, arrojó a todos los peces al mar. Es la explicación que le da la mitología Paracas a la vida en el mar.

Rituales necrófilos

Los paracas realizaban rituales prolongados y de carácter religiosos a sus muertos. Los restos encontraron dan evidencias que momificaban a sus muertos. Para ello, utilizaban unas técnicas complejas de momificación. No se tienen los pormenores de estos sistemas de tratamientos a los cuerpos fallecidos. Lo que sí se puede afirmar, que muchos de estos cadáveres fueron momificados de manera natural, es decir librados al medio ambiente.

La momia era envuelta en sudarios confeccionados con algodón y lana. Los colocaban en posición fetal dentro de una cesta fabricada con una avanzada técnica de tejido. Alrededor del cuerpo colocaban un conjunto de cerámica, prendas de vestir, objetos, granos, entre otros.

El manto más contiguo al cuerpo del difunto era con tela muy fina y decorado de manera especial. Los bordados que tenían el sudario principal dan indicios de la cosmovisión paracas. Los otros sudarios eran de menor calidad. Los miembros de las clases dominantes de la cultura Paracas eran envueltos con diez y hasta once mantos.

Fardo funerario

El cuerpo del difunto era colocado sin ropas en una cesta, sentado con las extremidades en forma fetal. Esta posición era sujetada con firmeza con ligaduras. Los espacios desocupados eran saturados con prendas textiles hasta formar un fardo ovalado.

El fardo era envuelto con mantos de algodón de una sola pieza. Estas piezas eran bordadas de manera fantástica. En ocasiones, el fardo era amarrado con cuerdas para facilitar su traslado.

Las momias presentaban trepanaciones cerebrales, típicas de la cultura Paracas.

Ajuar funerario

El fardo funerario era envuelto con mantos finamente bordados. Entre las capas de los textiles que envolvían al cuerpo se colocaba el ajuar seleccionado para el difunto.

En el periodo de las cavernas se colocaban cerámicas decorativas.

En la etapa de necrópolis, eran diversos. Les colocaban brazaletes, collares de conchas, abanicos de plumas, espejos de obsidiana, armas, narigueras de oro para imitar bigotes de felinos, animales disecados (perros, monos, loros), vestuarios, diademas, entre otros.

También se encontraron vasijas de cerámicas con maní, maíz, yuca, camote.

Los personajes con mayor rango social recibían más ofrendas. Otro de los rituales que se pudieron descubrir, es que cada cierto tiempo eran desenterrados y envueltos con más mantos decorativos.

Procedimiento postmorten

Los hallazgos encontrados en las cavernas y/o sepulturas se pudieron observar la gran cantidad de mantos y ofrendas que se le colocaban a los fardos funerarios. Estos elementos son producto de un prolongado culto y ritual hacia los ancestros y a la vida después de la muerte.

Este ritual radica en vestir frecuentemente a los fardos funerarios y ofrendarles nuevamente con ajuares. Se desconoce el tiempo en que debía realizarse estos rituales. Sin embargo, se considera que no debió trascender a una generación.

Los mantos colocados como ofrendas eran las más suntuosas que se pudieron tejer y bordar. En ocasiones, algunos mantos eran fabricados para ser utilizados en el ritual funerario. Para finalizar, el fardo funerario era trasladado a la tumba donde era depositado a los de su propia generación y sus ancestros y esperando a los que le anteceden.

Manifestaciones culturales Paracas

La cultura Paracas desplegó una variedad de manifestaciones culturales, siendo la textilería y la cerámica las de mayor importancia. Otras manifestaciones que no fueron tan notables son la artesanía, la metalurgia y la orfebrería.

La textilería dentro de la cultura Paracas ha sido conocida a nivel mundial gracias a sus primorosas técnicas de confección y bordados suntuosos. En esta manifestación destacan los famosos mantos paracas, los cuales son parte del Patrimonio Cultural del Perú y reposan en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia de Perú.

Cosmovisión

Poco es lo que se sabe de la cosmovisión de la cultura Paracas. De los hallazgos encontrados, podemos saber que creían en distintas deidades, entre los cuales destacaba u dios Oculado (Kon), así como los felinos.

También podemos afirmar que creían en la vida después de la muerte. Pues, al colocarles granos, objetos, entre otros alrededor del cuerpo, sabemos que de acuerdo a las culturas precolombinas, eran para que llegar al otro mundo con estos obsequios. El dios central de su mitología era el dios Oculado (Kon). Para la cosmovisión paracas cada componente del medio tiene un rol fundamental en el todo. Todos los seres tienen un significado en diversas situaciones que manifiestan poder o socialización.

Según los estudios de Tello, su visión del mundo con respecto a la naturaleza, se fundamenta en creencias mitológicas, como reglas de sistematización social. Por ello, se puede apreciar en los mantos, calendarios que determinan los ciclos de la vida de la flora y de la fauna. Además se pueden apreciar las costumbres, oficios y ceremonias que caracterizaba a la cultura Paracas.

Arquitectura

En toda la región donde se asentaba la cultura Paracas, no hay evidencias arqueológicas de una arquitectura avanzada como en otras culturas precolombinas. Sólo se han encontrado restos en dos sitios: Ánimas Altas y Ánimas Bajas. Ambos sectores se ubican en el valle de Ica. La primera, Ánimas Altas, se extiende en un área de cien (100) hectáreas. Los restos encontrados son una muralla alta elaboradas con mantos de paja y tierra recubierta de adobes.

Abarcan treces construcciones semejantes y con el mismo modelo arquitectónico. En estas murallas, realizaban ornamentos decorativos cuando la mezcla de tierra y adobes estaba aún húmeda. Los elementos decorativos se refieren a felinos divinizados.  En otras palabras, podemos presumir que la figura de estos animales eran dioses.

La segunda, Ánimas Bajas, se ubica a sesenta (60) hectáreas de extensión de la primera, es decir a poca distancia de la primera. Allí se encontraron restos de siete (07) montículos de forma rectangular fabricados también con adobes y manualmente, los cuales presentan una forma de granos de maíz o de bolas. De estos hallazgos arquitectónicos, se desprenden algunos rasgos de la cultura Paracas, como la religión, el culto a sus muertos, entre otros.

Esculturas

Las esculturas fueron otras las expresiones artísticas presentes en la cultura Paracas. A pesar de sus elaboraciones, no lograron escalar en la civilización Paracas.

Las esculturas se basaba en el moldeado de figuras femeninas y masculinas, que fueron talladas principalmente en cerámica y piedras, algunas de ellas con incrustaciones metálicas. Entre los tópicos que simbolizaban estas esculturas era el culto a la fertilidad.

Textilería

A partir de los hallazgos arqueológicos en la Península Paracas, se pudieron encontrar las tumbas que contenían un rico andamiaje de los rituales necrófilos de la cultura Paracas. En estos ritos existen muestras del arte textil de eta civilización. Los elementos que utilizaban eran el algodón y la lana de camélidos (llama, vicuña y alpaca). Complementaban sus textiles con fibras vegetales y cabello humano para realizar los componentes decorativos. En otros mantos se evidencias bordados con hilos de oro.

Lograron teñir sus telas e hilos con diversas sustancias que daban distintos tonos de colores. Además del teñido de sus túnicas, los bordados son de especial interés, pues dan idea de la cosmovisión de la cultura Paracas.

Diseños

Estos bordados se caracterizaban por figuras, generalmente geométricas, con carácter mítico o divino. Su estilo era rígido, pero altamente decorativo para la época. Es las túnicas encontradas hay una figura que se repite constantemente y se le identifica como el Ser Oculado.

Esta figura se puede apreciar en cuerpo entero y en ocasiones sólo su cabeza. Los ojos del Ser Oculado se bordan de manera desorbitada, con la boca de felino y su cuerpo es cubierto de símbolos. Estos emblemas que envuelven al Ser Oculado, en ocasiones se desprenden y cobran vida en sus manifestaciones artísticas.

Entre los diseños, se pueden apreciar esplendorosas creaciones que destacan por su colorido. Se aprecian elementos o personajes que tienen en sus extremidades cabezas de trofeos y/o báculos. Estos personajes, además tienen fajas alrededor de sus cinturas que se desprenden en serpientes bicéfalas. En este par de cabezas se le bordaban tocados terminados con un cuchillo ceremonial, bigotes, nariguera, entre otros.

En otros mantos se destacan bordados donde predominan los elementos naturales. Se pueden apreciar elementos de la fauna como felinos, serpientes, peces, aves. De la flora, se destacan las flores. También, hay figuras zoomórficas y antropomórficas. De acuerdo a los testimonios de la Doctora Victoria de la Jara, la escritura de la cultura Paracas se expresaba en tokapus.

Las imágenes evocadas en los mantos develan celebraciones ceremoniales como el caso de los sacrificios humanos que eran recurrentes, así como eventos caracterizados por las guerras.

Mantos Paracas

Entre los elementos que más destacan en la textilería Paracas son los famosos mantos que se elaboraban con el objetivo de rodear los cuerpos de los difuntos. Entre las más destacadas características es que en ocasiones, llegaron medir hasta treinta y cuatro (34) lo que implica un trabajo colectivo.

Hilos de poder

En la cultura Paracas los textiles representaban principalmente la clase social que ocupaba la persona que portaba la vestimenta. De acuerdo a los hallazgos encontrados en la cultura Paracas, mientras más bordados y elaborados eran los vestuarios y los mantos, se podía precisar qué era una persona de las clases sociales privilegiadas.

En este caso, los sacerdotes y la clase de la nobleza guerrera eran los personajes dignos de llevar vestuarios bordados con hilos de poder. Estas vestimentas también les permitían al momento de fallecer, ser enterrados con mantos hermosamente bordados que indicaban que fue una persona de las clases privilegiadas.

Vestimenta

Como hemos descrito, la industria textilera era la principal de las manifestaciones culturales de los paracas.

Por tanto, su vestimenta se destaca por sus colores intensos y la calidad de sus telas. La vestimenta dependería de la clase social del individuo. Por ejemplo, los de las clases sociales más privilegiadas usaban prendas con mayores detalles y calidad.

Las mujeres campesinas utilizaban como vestimenta unku, lo que se conoce hoy en día como miniponchos. Se diseñaban con una serie de mantas rectangulares doblados en dos. Estas piezas se cosían por los costados. Igualmente, usaban una falda pequeña.

El cabello de las mujeres era cubierto con una faja hermosamente decorada. Se la colocaban como un turbante y finalmente, se colocaban un manto que les tapaba  toda la espalda, llegando a las pantorrillas. Los hombres, por su parte, vestían waras, lo que se denomina hoy taparrabos y un faldellín. Todas las prendas se fabricaban con algodón y lana.

Cerámicas

Otra de las expresiones artísticas de relevancia dentro de la cultura Paracas es la cerámica. La técnica empleada le da a este elemento un carácter único. Su estilo le da relevancia, pues eran muy avanzadas para la época. En este sentido, de acuerdo a los testimonios de los especialistas, la cerámica de la cultura Paracas era una de las más complejas de la época.

La cerámica hallada en estos espacios necrófilos muestra elementos muy decorativos. Se han encontrado vasijas, ollas, platos, tazas. La mayor tendencia eran las vasijas globulares con dos salidas. Otras tienen una belleza muestra de esculturas con figuras humanoides. Las técnicas decorativas empleadas por la cultura Paracas se caracteriza por incisos en la arcilla aún húmeda.

Luego de haber sometido la cerámica al proceso de cocción, recién eran coloreadas con pintura resinosa. Predominaban algunos colores como el negro, el verde, el rojo, el naranja y el amarillo. En estas cerámicas se encuentran un símbolo sobrenatural con rasgos de aves, felinos y seres humanos. Un ser que se repite en varias obras y se le identificó como el Felino Volador.

Artesanía

Entre las expresiones culturales Paracas estaba presente la artesanía. Por ser una cultura cercana a las costas, realizaban collares y ajuares con conchas de mar que coloreaban con tintes naturales. También se encontraron restos de figuras de dioses y antropomorfas de dioses importantes desde la cultura religiosa paracas.

Iconografía

La iconografía paracas nos narra historias cosmológicas y mitológicas que sugieren hechos históricos como la creación del mundo, del hombre y de toda la creación, así como de la conquista, hechos que se caracterizan por conflictos bélicos y conmemoraciones ceremoniales, donde se practicaban los sacrificios humanos.

Metalurgia

La presencia de la actividad metalúrgica en la cultura Paracas es evidente al encontrar objetos que se implementaban durante las diversas intervenciones quirúrgicas que se realizaban en los cráneos a las personas de esta civilización. Recordemos que se utilizaban bisturíes, cuchillos con forma de media luna para poder realizar las perforaciones craneales.

Armas

Igualmente, la clase social guerrera, utilizaba diferentes armas para defender a la civilización paracas de otros grupos precolombinos.

Medicina

Asimismo, al culminar las actividades trepanaciones craneales se le colocaba a la persona intervenida una placa metálica en el cráneo con el fin de que se les sanara las diversas lesiones que se realizaron durante el proceso. De allí la necesidad de crear diversos objetos que tuvieran las características para poder perforar con éxito los hueso del cráneo.

Para elaborar los distintos objetos metálicos, empleaban martillos sin mango. Es decir, eran cubos, que presentaban diferentes tamaños para poder darle forma a los metales. Esta técnica consistía en proporcionar fuertes golpes al metal logrando darle forma.

Asimismo, hay evidencias que lograron fundir metales con el fuego. Aplicaban la técnica del soplado, lo que les permitía asegurar la cantidad de fuego que debían aplicar a cada metal para poder moldear la materia prima. Igualmente, además del fuego, para darle forma a los instrumentos metálicos, se empleaban varas de cobre o de madera. Finalmente, las piezas ya elaboradas se encajaban en la tierra húmeda.

Arte

Además de las armas, también destacan las actividades metalúrgicas realizada por los plateros, quienes se dedicaron hacer diferentes objetos de carácter religioso.

Para ello, extrajeron el oro y la plata, pero sabemos que no lograron aprovechar el hierro depositados en las minas. Su principal materia prima, entonces fueron el oro y la plata. El oro sobre todo era para realizar objetos de carácter religioso. Eran ofrendas para los dioses y para preparar ajuares para los difuntos de las clases privilegiadas.

Por su parte, la plata era utilizada para elaborar espejos. El cobre también fue un metal que llegaron a utilizar. Con este metal lograron hacer platos, vasijas, envases para guardar alimento, entro otros objetos. Los objetos presentan combinaciones de elementos como incrustaciones de piedras para hacerlos más resistentes.

Medicina y cirugía

De acuerdo a los hallazgos encontrados, una de las áreas de mayor desarrollo en la cultura Paracas, es la medicina. Entre las actividades de carácter religioso y mágico que destacaban eran las trepanaciones craneales que les practicaba a las personas que sufrían de algún traumatismo en los conflictos bélicos, enfermedades, entre otros.

Conocimientos

Lo que se desea destacar en este punto, es que existía en la cultura Paracas cierto tipo de conocimientos médicos que les permitieron realizar cirugía de cerebro, conocidas hoy en día como cráneo trepanación. Como parte de este procedimiento, los cirujanos efectuaban una intervención perforando los huesos del cráneo haciendo un agujero en el cráneo. El objetivo de estas actividades todavía son motivos de debates.

Algunos consideran que era para corregir accidentes craneales ocurridos en conflictos bélicos, otros sostienen la idea que se implementaban para intervenir y corregir enfermedades mentales, cefaleas, entre otros.

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Trepanaciones

La cantidad de fardos funerarios con trepanaciones craneales, nos hacer presumir que era una época muy violenta, ya que son muchos los sujetos que fueron intervenidos de esta manera.

A pesar de la época y de las limitaciones existentes, se puede afirmar que muchos paracas sobrevivieron a las trepanaciones craneales, pues hay evidencia científica que devela callos en los huesos. Estructura que se forma en los huesos luego de pasar determinado tiempo. Lo que si no se puede determinar son las consecuencias físicas o psicológicas que pudieran haberse derivado de estas cirugías.

Las trepanaciones craneales eran realizadas por personas especializadas, identificadas como Sir Kah. Para poder ejecutar las intervenciones quirúrgicas, elaborar piezas con piedra volcánica en forma de bisturí. Hay quienes afirmar que empleaban cuchillos en forma de media luna para poder hacer las perforaciones craneales.

Como complemento de las trepanaciones craneales, anestesiaban a sus pacientes con hojas de coca mezcladas con bebidas alcohólica fabricadas con maíz amarillo. Este tipo de bebida se le llama chicha. Cabe destacar, que la hoja de coca era uno de los principales elementos del comercio Paracas.

Intervenciones craneanas

Las trepanaciones craneanas en la cultura Paracas han sido objeto de debates sobre las motivaciones que llevaron a tales prácticas.

Usos

Unos afirman que deformaban intencionadamente los cráneos de los infantes por medio de vendajes o madera que dejaban hasta la adolescencia para lograr la modificación de la forma hasta aumentarla según sus creencias.

Otros sostienen que pueden haber recurrido a estas intervenciones para curar enfermedades mentales que pueden haber sido causadas, desde la perspectiva Paracas por espíritus.

También pueden haber sido para curar dolores de cabezas, o bien por fracturas craneales. Otros, le atribuyen como función mostrar diferencias entre grupos dominantes o aristocráticos frente a otros grupos sociales de menor rango y de índole religioso.

Utencilios

El método de las operaciones craneales en la cultura Paracas, el cirujano implementaba herramientas en forma de cuchillas de obsidiana. Implementaban  cuchillo con figura de media luna, conocidos como tumis, pinzas y bisturíes.

Para realizar estas trepanaciones craneanas, también recurrían a gasas, algodón y vendas. Para ejecutarlas perforaban el hueso afectado con el tumis, haciendo un círculo para realizar. Posteriormente, se excavaba y luego se tupía la abertura con planchas de oro, así se cicatrizaba sin ningún inconveniente la herida.

De acuerdo, a los hallazgos encontrado, puede afirmarse que personas lograron sobrevivir a las intervenciones quirúrgicas, pues en algunos cuerpos se encontraron callos óseos en los cráneos operados.

Momificaciones paracas

Entre las evidencias encontradas en los fardos funerarios fueron los cuerpos momificados de los difuntos. Esto nos permite afirmar  la existencia de ciertas técnicas de momificaciones en el período de necrópolis. Los difuntos pasaban por un proceso de momificación antes de ser sepultados. Dentro de este proceso, los paracas se deshacían de los órganos vitales y de ciertas estructuras corporales.

Técnica

De acuerdo a los eruditos en la materia, el procedimiento implementado por los paracas para momificar a sus muertos consistía en la siguiente técnica.

  • Los Paracas extraían los intestinos y vísceras de los cuerpos por medio de un corte longitudinal.
  • Seguidamente, le extraían el corazón perforando el tórax.
  • La masa encefálica era desalojada a través de las cuencas nasales. Otras momias presentaron restos de masa encefálica reseca.
  • Los ojos eran taponados con algodón.
  • Los músculos eran separados a través de incisiones en las extremidades superiores e inferiores.
  • Por último lograban la momificación al introducir dentro del cuerpo elementos como la cal, flor de muña en polvo, sal molida, ají molido, brea y otras sustancias.
  • Colocaban a la momia en cuclillas.
  • Luego de finalizado el proceso de preparación del cuerpo, era expuesto a fuego lento con el objeto de reducir su tamaño. Por esta razón, las momias paracas pueden observarse con un color ahumado.
  • Finalmente, se les colocaba en un canasto de junco y lo recubrían con diversos mantos, finamente bordados y de distinta calidad.
  • En otras ocasiones, el cuerpo era sometido al proceso de cremación para reducir su tamaño. El objeto de esta técnica era facilitar el proceso de entierro en las cavernas o tumbas.
  • Como parte del proceso de preparación del fardo funerario, se sabe que el cuerpo lo colocaban en posición fetal. Posteriormente, era cubierto con los mantos Paracas.. Sumado a todo lo descrito, se rodeaba entre manto y manto de  objetos ornamentales como parte de los tributos y ofrendas a los difuntos y a los dioses importantes.

Ornamentos

La forma en que serían enterrados y la cantidad de objetos ornamentales y la calidad de los mantos iban a depender de la condición social del difunto. En el caso, de que fuera un sacerdote o de la nobleza guerrera, los mantos serían finamente bordados y de mayor calidad. Las ofrendas serían mayores. Entre las ofrendas que se les colocaba había piezas de orfebrería y otros ornamentos, que eran propiedad del difunto. También, se enterraban con él  parte de sus posesiones que generalmente era su vestimenta habitual.

Todo esto respondía a sus creencias sobre la vida después de la muerte. Todas estas afirmaciones subyacen de los hallazgos encontrados en las cavernas y ciudad necrópolis.

Tecnología de los Paracas

La cultura Paracas enfrentaba constantemente condiciones climáticas que no favorecían las actividades de subsistencia como la agricultura, base fundamental de la economía de esta civilización. Enfrentaba fenómenos naturales propios de zonas áridas, que no favorecían suelos fértiles.

Partiendo de esta realidad, la cultura Paracas se vio en la necesidad de desarrollar técnicas que le facilitaran desarrollar suelos fecundos, con el objeto de poder producir sus cultivos. En este sentido, se dispusieron a desarrollar varias técnicas que le permitieran irrigar el suelo. Esto les permitiría aprovechar al máximo el suelo y poder cultivar los productos agrícolas propios de la cultura Paracas.

Para ello, lograron crear canales que les facilitara el recorrido del agua por los sembradíos, técnica propia de la ingeniería hidráulica. Se les acuñó el éxito de la transformación de los suelos.

Escritura

Entre los hallazgos encontrados, no hay evidencia de que la cultura Paracas haya desarrollado algún sistema de escritura tradicional. No obstante, la doctora Victoria de la Jara ha elaborado una hipótesis que afirma que pudieron emplear alguna forma de comunicación semejante a la escritura.

Esta investigadora afirma que los Paracas para comunicarse a través de jeroglíficos usaban sus tejidos (tokapus) para comunicarse. Su asiento sería el signo pallar en sus tejidos.

En caso de comprobarse esta hipótesis, éste sería el primer sistema semejante a la escritura fundado en América. La hipótesis sostiene que llegó a influir en las civilizaciones de Nazca y Mochica. Posteriormente desapareció totalmente.

Modo de subsistencia

Como parte de su organización social, la cultura Paracas, igualmente desarrolló sus propias actividades económicas.

Economía de los Paracas

Para abordar el tópico de las actividades económicas, es preciso recordar la ubicación geográfica de los Paracas. Una región seca, árida, calurosa, con  exiguas precipitaciones que no favorece la actividad agrícola, ni ganadera. Se suma a estas condiciones climáticas los cauces irregulares de los ríos de la región.

Como hemos advertido anteriormente, los Paracas en vista de estas características geográficas del terreno, desarrollaron técnicas que le permitieron transformar los suelos áridos en fértiles. Esto les permitió desarrollar la actividad agrícola como la principal fuente de alimentos para su subsistencia.

Otra de las técnicas empleadas fue la chacra hundida. Esta técnica consistían en remover la primera capa del suelo árido y dejar al descubierto la parte húmeda del suelo en esta capa era que realizaban las siembras. Además, comenzaron a implementar el abono para sus cultivos, a través de la acumulación e incorporación de excrementos de aves en el suelo, enriqueciendo de los suelos con sus propiedades.

Se suma a la actividad agrícola, la pesquera. Al ser una civilización asentada en la zona costera del Perú, aprovechaban los productos marítimos que les brindaba el mar. Esto los impulsó a desarrollar algunas técnicas de navegación y de recolección de productos del mar, lo que los conectó con otras comunidades costeras de la región.

Al navegar, se fomentó el comercio con otras civilizaciones. Se intercambiaban todo tipo de cultivos que se producían en otros tipos de suelos como el algodón y la sal, especies, entre otros.

Principales cultivos

Los Paracas lograron desarrollar su actividad agrícola, a pesar de las condiciones del clima y del suelo. Esto a través de la implementación de técnicas de irrigación del suelo y de su abono. Entre los principales productos que cultivaban, se pueden referir el algodón, el maíz, el frijol, el pallar, camote, yuca, pacay, lúcuma, tumbo.

Es importante destacar que el cultivo del algodón era de suma importancia para la cultura Paracas. Este era el principal producto para realizar sus vestimentas y los mantos con que envolvían a sus difuntos.

 

Irrigación

Las condiciones climáticas y geográficas de la península de Paracas no favorecían para la actividad agrícola. Es la región más árida, desértica y seca, de toda la costa peruana. Por ser una zona desértica y cercana a la costa, sus temperaturas se caracterizan por ser muy altas. Hay una exigua presencia de lluvias. Sus ríos presentan caudales muy irregulares. A pesar de la adversidad de la región, los miembros de la cultura Paracas lograron enfrentar estas dificultades y sacar un mayor provecho de sus cultivos.

Para poder lograr buenas cosechas, los Paracas desarrollaron las técnicas de irrigación. En este sentido, se puede afirmar que supieron sacarle provechos a todas las reservas de agua, tanto superficiales como subterráneos. Mediante canales de irrigación pudieron desviar los cauces de los ríos. Implementar esta técnica les permitió lograr que estas aguas llegaran a sus tierras de cultivo.

Por último, también implementaron la técnica de wachaque o chacra hundida. Como describimos anteriormente, esta técnica consiste en remover la capa árida del suelo y dejar al descubierto la capa húmeda. Allí abonaban con excrementos de ave el suelo y posteriormente sembraban sus cultivos.

Uso del guano

Lograr la fertilidad del suelo, no sólo dependería del agua. Se requiere de un suelo con las condiciones necesarias de fertilidad. La cultura Paracas comprendió la necesidad de abonar o alimentar el suelo. Es así como la cultura Paracas comenzó a usar el guano procedente del excremento de los pájaros de la zona. Este componente era un material de provecho para abonar las tierras y por ende, mejorar los cultivos.

Al comenzar a alimentar el suelo con guano, los Paracas pudieron darse cuenta que sus cosechas eran abundantes.

Comercio

Los asentamientos de la cultura Paracas se hallaba cerca de la costa. Este hecho les permitió sacar provecho de los productos marinos, entre ellos destacaban los  pescados y mariscos. Para sacarle máximo provecho al mar, tuvieron que desarrollar técnicas de navegación. Esto facilitó el intercambio de productos con otras culturas costeñas de la época como los Chincha.

Asimismo, lograron abrir caminos por la sierra que les facilitaba hacer trueques con comunidades aledañas a los Paracas. Los productos que más Entre los cultivos que más intercambiaban se encontraban el algodón y la sal. En este sentido, los paracas obtenían lana y tintes, elementos que complementaban su actividad en la industria textil, de real importancia para los paracas. Asimismo, estos productos eran aprovechados en la producción de cerámica.

Ganadería de los Paracas

La actividad ganadera no tuvo mayor desarrollo en la cultura Paracas, pues contaban apenas con moderados grupos de camélidos como la llama y la alpaca. De estos animales extraían pelos para los bordados de los mantos Paracas.

Igualmente, sus pieles eran utilizadas en la cobertura de las cavernas por donde introducían los cuerpos.

Mitología

Su mitología se centraba en el dios Kon. Lo consideraban como el creador del mundo, de todo lo que hay en él y de los seres humanos. Lo simbolizaban con máscaras felinas, llevaban en sus manos cabezas de trofeos, báculos y alimentos. También hay figuras que sólo presentan su cabeza con ojos muy pronunciados, de allí su nombre dios Oculado.

Desde la perspectiva de las civilizaciones precolombinas peruanas,  Kon era un dios del agua que recibía cultos por las culturas Paracas y Nazca. Como hijo del dios Sol, se trasladaba a los valles, sierras con el poder de su palabra.

Andaba muy ligero, como hijo del Sol recorría las sierras y valles solamente con la voluntad y su palabra. Crea el mundo, lo puebla con seres humanos

Creación del mundo

La mitología paracas creía que Kon, hijo del Sol, era el creador del mundo. También lo concebían como un dios volador, sin carne y sin hueso, pero a su vez se manifestaba en forma humana. Lo consideraban un dios veloz e valeroso.

Lo primero que creó Kon fuel mundo y la humanidad, asentándolas en las tierras bajas aledañas al mar con animales y plantas para su subsistencia. Les dio agua y frutos, de manera que no fuera necesario trabajar la tierra para subsistir.

Rebelión y castigo

Al transcurrir el tiempo, los pobladores de la Tierra se olvidaron de Kon, su creador, y dejaron de llevarle ofrendas, pues se consideraban auto suficiente. Kon les advirtió de su ira ante tal comportamiento, pero los humanos dejaron de temerle. Kon procedió a castigar a los humanos convirtiendo toda la región costera en una gran zona estéril, seca y desértica. Esto lo logró quitándoles la lluvia. Sólo le dejó los ríos para que con esfuerzo pudieran sobrevivir.

Ofrendas

Los pobladores comenzaron a morir por la sequía. Ante estos hechos, el rey Chakla, rey del valle Mantaro, tomó la decisión de sacrificarse por todos sus súbditos. Ascendió a la cima de la cordillera en Ticlo y demandó que lo sepultaran dejando un pequeño agujero por donde se desplazarían sus lágrimas. Estas lágrimas formaron el río Mamaq, actualmente el río Rímac.

La princesa Kisa, subió a la cima de la cordillera de San Pedro de Cata y también se sacrificó de la misma manera que Chakla. Sus lágrimas formaron el río Santa Eulalia, que al confluir con el río Rimac volvió hacer productiva la tierra del valle de Lima.

Pachacámac

Desde el sur llegó Pachacámac, hijo del dios Sol, logró desterrar a Kon y devastó la creación  para crera una nueva generación de seres humanos y les dio todo lo que necesitaban. Luego de retirarse ambos dioses, se convirtieron en el Sol y la Luna.

Al analizar su mito de la creación, podemos precisar la presencia de dos dioses que intervienen para crear al mundo, la flora y la fauna, así como a los seres humanos. Primero, por el norte entra Kon y luego Pachacámac, quien ingresa por el sur y destruye la primera creación, quedando como definitiva esta última creación. Los dioses principales quedan como el Sol y la Luna, pero ya no como os dioses creadores.

Mitología en los mantos

En los mantos extraídos de las cavernas o tumbas de los Paracas pueden observarse diversas figuras, entre ellas pueden apreciarse imágenes de chamanes. También hay representaciones del entorno natural de los Paracas, con sus animales y plantas.

Animales en los bordados

Algunos mantos tienen cóndores y halcones, no obstante, parecen representar alguna relación con el reino de los cielos, mientras que los pájaros pescadores parecen personificar cultos relacionados con el mar (un fenómeno análogo surgen con los animales terrestres).

Conceptos

Hay una indudable estructura proporcionada no casual (es decir, con una explicación de su significado) en la fabricación de los diseños en los mantos Paracas. En las cintas del cabello y bordados se puede observar cómo la cultura Paracas, explotaron conceptos abstractos como el número, el orden y el espacio.

A pesar de que los Paracas era una cultura sin lenguaje escrito, una simbolización basada en un definido conjunto de elementos invariantes, se pudieron aprovechar como forma de organización de conceptos y fenómenos.

En las imágenes de las primeras manifestaciones artísticas de la cultura Paracas Cavernas, lo primero que se puede observar es la filiación formal con el alfabeto visual originario de  la Cultura Chavín.

Religiosidad

En ambas culturas (Paracas y Chavín) la imagen religiosa que predomina es un animal mítico que tiene elementos de jaguar y ave. A pesar de que la cultura Paracas se deriva notoriamente de la cultura Chavín, al transitar de una cultura a la otra, las representaciones en la cultura Paracas (Cavernas), pierden esa crueldad, ferocidad y brutalidad características propias del arte de Chavín.

Al observar las imágenes de la cultura Paracas, se puede apreciar cómo estas formas crueles adquieren una cierta sensualidad. Pueden observarse que ahora se hacen más suaves, con ciertas curvas que le hacen ir desapareciendo, poco a poco, su ferocidad.

Las semejanzas entre la iconografía del primer período de la cultura Paracas con la cultura Chavín, hacen presumir que se trata de métodos religiosos análogos. Esta relación se debió, probablemente, a la divulgación de un nuevo culto religioso con el que estos mitos, creencias y formas artísticas estaban asociados.

Museo del Sitio Julio César Tello

El Museo del Sitio Julio César Tello fue instaurado por Frederic Engel. Se ubica en los lugares arqueológicos donde halló los restos de la cultura Paracas específicamente en Cerro Colorado y Cabezas Largas.

Este científico, Frederic, estudió profundamente a la cultura Paracas. En el museo condensa su trabajo científico exponiendo una continuidad cultural que va desde la aparición de recolectores y pescadores hacia el año 6.500 a.C. hasta la llegada de la cultura Nazca.

Entre las piezas expuestas que provienen de ciento diez (110) campamentos arqueológicos, destaca una quena decorada considerada como el instrumento musical más antiguo encontrado en el Perú. Asimismo, se ha elaborado la restauración de una caverna funeraria.

Sitios de Interés

Para poder apreciar la diversidad de objetos de cerámica, bolsas funerarias, textiles,  además del Museo Julio C. Tello ubicado en la propia ciudad de Paracas, también los interesados pueden acudir a los museos arqueológicos del Perú, entre ellos Museo de la Nación en la ciudad de Lima o el Museo Herrera Larco.

Biografía de Julio Tello

Julio Tello, arqueologo peruano, nació el 11 de abril 1880, en Huarochirí. Considerado como el precursor de la arqueología peruana. Es el descubridor de la cultura Paracas y Chavín.

Es precisamente en la península de Paracas donde florece el interés por estudiar la ciencia y la investigación arqueológica y la antropología. Su acercamiento al mundo prehispánico sucedió cuando realizaba una lectura de un ensayo referido a las lenguas aborígenes de Sebastian Barranca.

Primeros trabajos

En el transcurso del año 1906, realizó su primera conferencia referida a unos cráneos prehistóricos que fueron exhumados de sepulturas prehispánicas de Yauyos. Pero estaba convencido en culminar sus estudios y recibe su título de bachiller en Medicina el 16 de noviembre de 1908, con la presentación de su ensayo titulado “La antigüedad de la sífilis en el Perú”,​ un trabajo original sobre esta enfermedad. Por último, se graduó como Médico Cirujano en 1909.

Postgrado

El gobierno de Augusto B. Leguía le otorga una beca para realizar estudios de postgrado en la Universidad de Harvard. Allí reside durante  tres años.​ Entre sus maestros se hallaban figuras representativas del ámbito científico, como Aleš Hrdlička y Franz Boas. Logra culminar dos Maestrías, una en Artes (1909) y otra en Antropología (1911). Así se convirtió en el primer peruano en obtener ese nivel académico en Harvard.

Como recompensa a sus estudios, se le otorgó otra beca, que le permitió presentarse, en Londres, al XVIII Congreso Internacional de Americanistas (1911) y continuar sus estudios especializados en el Seminario de Antropología de la Universidad de Berlín (1912). Durante este tiempo, conoce a una dama inglesa llamada Olive Chessman, con quien contrajo matrimonio posteriormente.

Trabajos arqueológicos

Al regresar al Perú en 1913, emprendió sus investigaciones arqueológicas en compañía de su maestro Aleš Hrdlička. Exploraciones que realizaron en la región de los valles del litoral central. Se le designó como el director del Departamento de Arqueología del Museo de Historia Nacional, cuya organización originaria dirigió hasta que se le pidió la renuncia en 1915.

Inicia su travesía en toda la nación peruana con el propósito de realizar labores de campo, ejecutando meritorias investigaciones concernientes a las culturas precolombinas. A él se le debe le atribuye el descubrimiento de la antigua Cultura Chavín (1919) y el hallazgo de la necrópolis de Paracas (1925).

Asimismo, llevó a cabo las excavaciones de manera cronológicas en el valle del Santa (1926 y 1934) y en el excelso valle del Marañón (1934 y 1937); en Huánuco Viejo y Kotosh (1935); así como en el valle del Urubamba (1942) y en lugares variados de los departamentos de Lima, Arequipa, Puno y Cuzco, que le permitieron plantear su propia valoración acerca del proceso civilizatorio del Perú ancestral.

En el intervalo de treinta (30) años, Julio Tello recorrió el suelo peruano en toda sus direcciones, ejecutando respetables excavaciones y análisis, siendo los más importantes los efectuados en la cuenca de los ríos Huallaga y Marañón, en el río Grande de Nazca, en Chavín de Huantar, en la Península de Paracas, en Pachacámac, en Moche, Puno, Cuzco, Casma y Nepeña y otras ubicaciones.

La leyenda de la bahía de Paracas

Cuenta la leyenda que en tiempos antiguos, los pobladores pre-inkas vivían en las orillas del río Pishccu.  Eran personas dedicadas a la agricultura abasteciéndose de agua y peces. Para protegerse vivían en los cerros que están a la ribera derecha desde Wuancanu y toda la quebrada hasta Humay.

También había otros habitantes que vivían en las colinas de color marrón en las adyacencias al río cerca a los tizares y en la región donde termina el desierto de las pampas de lanchas. Moraban en chozas que habían fabricado de quinchas forrada con barro y hechas de caña hueca entrecruzada.

Descendían hacia el río y allí en algunas tierras fecundas cultivaban legumbres, maíz, camotes y yuca. En los cañaverales, en los matorrales y totorales cazaban cuyes, guanacos, venados, gallinas y patos; y en el mismo río pescaban pejerreyes, bagres,  cangrejos de agua dulce y lisas.

Era una civilización muy trabajadora y el río era su fuente primordial de suministro de alimentos y agua, necesarias para subsistir. Ese río nunca se resecó totalmente, siempre permanecían algunas pozas de agua en las cuencas junto a la loma y junto a las rocas grandes de la quebrada.

Estos pobladores llamados pishccus, no poseían alimentos suficientes. Por esta razón, se trasladaban hasta la boca del río donde también habían erigido chozas. Desde allí marchaban por el litoral transitando las playas del mar hacia el Norte donde tropezaron con otros humanos. Entre ambos grupos hicieron amistad y con ellos caminaron la zona dirigiéndose hacia el Sur por las pampas hasta lagunillas y laguna grande. También conocieron a otros pobladores procedentes del Sur.

El mar

Ingresaban al mar embravecido hasta que el agua le llegara a la altura del pecho a pescar mojarrillas, con redes hechas con soguillas de algodón y lana de auquénidos que elaboraban con pushcas. También recolectaban pescados que el mar varaba, y cangrejos en la parte pedregosa.

Entonces se alimentaban de lo que a espontáneamente el mar les regalaba. Sin embargo, nunca podían pescar peces grandes porque el mar en esos tiempos era demasiado bravo. A los pescados grandes y otros animales que encontraban tendidos en las playas los llevaban a cocinar para comerlos.

Entonces un grupo de estos pobladores dispuso a quedarse a vivir en “Boca río” y se dedicaron a vivir simplemente de la pesca. Luego de mucho tiempo, el dios Inti Wirakucha se dio cuenta de que estos hombres sufrían mucho para pescar porque el mar era muy bravo. El mar no descansaba y constantemente daba  maretazos.

El mar muy molesto, clamaba al dios que le dé un lugar adecuado siquiera para descansar un momento. Ciertamente, no existía un lugar tranquilo para que descanse el mar. Tampoco había un lugar donde el dios Inti Wirakucha pueda brillar en todo su esplendor y con total tranquilidad.

Entonces, Inti Wirakucha, después de haber pensado bien dijo: “ordenaré al Mar que se retire un poco y luego, formaré un lugar hermoso para que él mismo pueda descansar y también para que el hombre tenga un lugar tranquilo donde pueda pescar en abundancia”.

Intervención divina

Entonces, fue así como una noche se presentó un gran terremoto y un maretazo en el que el mar se retiró y volvió a salir hasta que sus aguas se calmaron. Pero durante ese tiempo, el dios Inti Wirakucha elevó rocas en el litoral y aproximó mucha arena del desierto formando una península y una bahía a la vez.

Así creó un lugar para que el mar tenga donde descansar, el sol brille en todo su esplendor en aguas calmadas y los hombres pishccus puedan pescar sin sufrimiento. Así fue que se formó la península Paraca para ser la defensa de una bahía, que para Inti Wirakucha era como un lago donde él solamente con su esplendoroso brillo, criaba abundantes peces de diversas formas y colores.

Descanso del mar

El Mar agradeció mucho al dios Inti, porque por fin también ya tenía un lugar donde descansar después de tantos siglos de fatiga. Y en recompensa, este decidió ayudar en la cría diversidad de peces, crustáceos, conchas, pulpos y hasta algas desde el fondo hasta la orilla.

Los hombres pishccus al saber de la presencia de este nuevo hermoso lugar, fueron hacia allá y cerca la ribera de la bahía fabricaron sus chozas de caña hueca y carrizos, convirtiéndose en grandes pescadores Paracas del chacu (hombres de la arena y del chaco).

Ahora, preparaban sus pescados secos y salpresos. Además tenían el pescado fresco disponible. Ahí se desarrolló la gran cultura universal, haciendo trueques de pescado por papa, frejoles, maíz, coca, pallares, oca, lana, charqui, algodón, metales preciosos, arcilla, y agua dulce.

Ahí adoraron al gran dios Wirakucha, el señor de señores y construyeron grandes cementerios en formas de cavernas y necrópolis como fosas comunes donde sepultaban a sus muertos.

Esta es la leyenda de los Paracas.

Reflexiones finales

La cultura de los Paracas mostró indicios de ser muy avanzada para la época. Su aporte cultura ha sido muy significativo para el Perú, pues atrae a los amantes de la arqueología. La forma de enterrar a sus muerto y sus técnicas han sido un atractivo turístico.

A continuación te invitamos a leer otra cultura precolombina que nos ha dejado muchos aportes culturales que nos permiten comprender la actualidad.

Historia, religión, leyendas y dioses de la mitología maya

​Igualmente te dejamos este interesante vídeo sobre la cultura Paracas

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